Desarrollado por Klei Entertainment, Mark of the Ninja humilla a todos los juegos de sigilo lanzados en la última década
Los juegos de sigilo son una obra de arte en el sentido del diseño necesitado para que las piezas funcionen. Muchos juegos han intentado incluir modos o partes de sigilo, pero fracasaron por la falta de detalles o problemas. En este sentido, hacer un título de este género requiere de un equipo que preste mucha atención. Durante los últimos años, la única franquicia que ha logrado crear juegos de sigilo aclamados ha sido Arkane Studios con Dishonored. Sin embargo, el mundo indie cuenta con más entregas así, y la más brillante fue Mark of the Ninja.
En Mark of the Ninja, el jugador controla a un ninja en la época contemporánea. Utilizando herramientas y opciones para aproximarse a sus enemigos, este completa una serie de niveles para salvar a su clan. Y es esta variedad en las formas de jugar que le da un valor frente a otros títulos de sigilo. En MOTN, no existe un método para completar los niveles que no sea divertido, sea no matar a nadie, asustarlos a todos con un disfraz horrorífico o matarlos a todos.
Una de las formas en las que MOTN brilla es en los fundamentos de su sigilo. El sonido y las imágenes cuentan con muchos elementos para que el jugador tome en cuenta. Pasos, voces, colores, cuerpos borrosos, el juego tiene varias alertas para el jugador. Estas pueden ser un poco complicadas, pero estas se vuelven un mundo de posibilidades y acercamientos tras ser amaestradas. Su narrativa también cuenta con varios giros que merecen más reconocimiento, al contar con una de las decisiones morales más difíciles en un juego.
Por su compleja historia, sus excelentes fundamentos y la diversión de su sigilo, Mark of the Ninja es uno de los mejores juegos de la década.