Por Sebastian Zavala
Publicado: 01 de octubre del 2019
Imagínense un título estilo “Dark Souls”, pero con una estética tipo anime, algunas variaciones en el gameplay, y una historia de ciencia ficción y terror. Esa es una manera de resumir a “Code Vein”, el más reciente RPG de acción para la PlayStation 4, Xbox One y PC. Pero felizmente no se queda en eso; después de todo, no se trata de una mera copia de la franquicia más famosa de FromSoftware ni mucho menos. Lo mejor de “Code Vein” es que, a pesar de tratar de hacer cosas similares a “Dark Souls”, logra obtener una identidad propia, haciendo uso de elementos de jugabilidad bastante novedosos, y desarrollando una intrigante y bastante seria trama de manera satisfactoria. No se trata de una propuesta perfecta, pero debería ser suficiente para calmar la sed de aquellos quienes hayan estado buscando un nuevo RPG de acción para jugar.
Curiosamente, “Code Vein” fue el último juego que probé en mi PlayStation 4 antes de irme a vivir a Londres por un año —estoy a punto de comenzar una maestría en Dirección de Cine-, por lo que admito no haber terminado el juego. Hubiera sido imposible, francamente —como cualquier otro ejemplar del género, “Code Vein” es un juego largo y lleno de contenido, por lo que pueden estar seguros que tendrán mucho que hacer en esta nueva aventura. Sí, algunos elementos nuevos son exageradamente complejos —razón por la que, también, se puede llegar a entender la historia—, pero fuera de eso, no hay mucho que le pueda criticar a “Code Vein”. ¡Espero poder terminarlo dentro de un año! (Cuando a nadie ya le importe, me imagino…)
El tono del juego es bastante serio, lo cual… honestamente, no me esperaba. Sí, sí, sé que los juegos de “Dark Souls” son increíblemente sobrios y minimalistas, pero considerando el estilo gráfico tipo anime —bastante exagerado por momentos—, esperaba que el tono que manejase fuese un poco más ligero. En todo caso, se trata de un estilo que combina bastante bien con la historia que se quiere contar, la cual tiene como protagonista al jugador que uno controla y diseña parcialmente, quien se despierta en las ruinas de una ciudad (en una zona de tutorial) en la forma de un revenant (nada que ver con la película de Alejandro Gonzáles Iñárritu…) Los revenants se alimentan de la sangre de los humanos (es decir, son algo así como vampiros)… pero el problema es que cada vez hay menos humanos, y más revenants. En todo caso, uno se encuentra rápidamente con dos grupos de aliados, quienes lo mandan a uno inmediatamente a salvar el mundo (y de paso averiguar qué ha pasado con todo).
Aparte de los cutscenes (los cuales están muy bien hechos, dicho sea de paso), la trama de “Code Vein” es contada a través de blood echoes. Estas son secuencias en cámara lenta, en las que uno se mueve a través de un corredor, mientras las imágenes en las paredes tratan de sincronizar con el audio que uno escucha. Se trata de una manera bastante original de contar algunas de las subtramas que de repente no son tan importantes para la narrativa principal, pero a la vez, hubo una que otra historia que me hubiese encantado ver en forma de cutscene. Quién sabe; a lo mejor algún día se animan a hacerlo.
En lo que se refiere al gameplay, “Code Vein” nos entrega más o menos lo que uno esperaría si considera la definición que incluí en el primer párrafo. Los enemigos son los Perdidos —hay que destruirlos de la mejor manera posible—, los Save Points se llaman Mistles —aunque muy fácilmente hubieran podido ser fogatas—, y cada área está compuesta por ruinas, ciudades, cuevas y demás. Se trata de un mundo que, a pesar de no sentirse completamente abierto, es lo suficientemente detallado y tiene suficientes cosas para hacer, como para que uno no se aburra o no sienta que la experiencia se torna repetitiva. De hecho, algunos de los lugares más claustrofóbicos —como algunas de las cavernas más enredadas y oscuras— terminan siendo bastante divertidos de explorar.
Adicionalmente, el juego cuenta con 25 clases —o Blood Codes— para escoger, y curiosamente, uno puede cambiar de Blood Code cuando le de la gana, lo cual hace que el juego pueda cambiar de mecánicas y de estilo todo el tiempo. Como se deben imaginar, cada clase tiene sus propias debilidades y fortalezas, sus propias armas, y hasta habilidades especiales, por lo que uno puede decidir a cuál pertenecer dependiendo de las circunstancias a las que se tenga que enfrentar. De hecho, hasta se pueden ir mezclando las diferentes habilidades especiales para terminar con un protagonista bastante único y con ataques y defensas muy particulares —esto convierte al sistema de clases de “Code Vein” en uno bastante entretenido de utilizar, y complejo de aprovechar al máximo.
Por otro lado, vale la pena mencionar que “Code Vein” le permite a uno tener a un compañero controlado por la máquina —lo cual, siendo justos, no es algo que se vea todo el tiempo en juegos de este tipo. Se trata de una característica que vale la pena aplaudir, pero que no siempre paga sus dividendos. Por un lado, tener a un compañero resulta particularmente útil durante las batallas en grupo, pero por otro lado, no suelen ser lo suficientemente fuertes como para aguantar bien la pelea contra un Jefe, por ejemplo. Si uno no los cuida, puede morir, lo cual, además, también puede resultar en la muerte de su propio personaje. Se trata de una idea con sus pros y contras; ya dependerá de cada uno si es que decide que se trata de una inclusión valiosa, o no.
A nivel técnico, “Code Vein” es un juego bastante vistoso. Las zonas más amplias, bañadas en luz solar, llenas de ruinas y varios elementos con texturas complejas, lucen fabulosas. Y en general, el estilo gráfico tipo anime funciona bien, a excepción de los momentos en los que uno entra a una cueva o a cualquier otro lugar oscuro, en donde el juego obtiene un look más bien deprimente y exageradamente gris. Se trata de una única falla que, al menos, no termina por arruinar la estética general de “Code Vein”. Por otro lado, el diseño de sonido es bastante competente, y la música nunca resaltó demasiado para mi. Finalmente, en lo que se refiere a performance, no tuve problema alguno con “Code Vein”; ningún problema de framerate o de fallas en las gráficas.
Si tienen ganas de probar un título de “Dark Souls” por primera vez, pero tienen miedo de que pueda resultar demasiado difícil, anímense a jugar “Code Vein”. No es particularmente fácil, tampoco, pero al ser ligeramente más indulgente que los juegos de FromSoftware, podría servir como una primera experiencia de este tipo de juego. Además, el hecho de que incluya mecánicas innovadoras, un estilo gráfico menos realista, y una historia algo previsible —hay un “Elegido”, el protagonista tiene amnesia, etc.— también hace que se sienta más accesible. “Code Vein” no es el mejor RPG de acción que jamás haya probado, pero introduce suficientes novedades, y se controla lo suficientemente bien, como para satisfacer a los fanáticos más exigentes del género. No es “Dark Souls” (felizmente), pero tampoco tenía por qué serlo.
Este análisis fue realizado con un código de descarga para PlayStation 4 brindado por Namco Bandai Entertainment.
Lo positivo:
Lo negativo: