Publicado: 26 de julio del 2017
Tardíamente nos ha llegado la última versión el comercial de juguetes más caro de la historia: Transformers: El Ultimo Caballero. Digo tardíamente porque, acostumbrados a tener grandes estrenos o en la misma semana o un día antes que en USA, esta cinta nos llega casi un mes después de su estreno doméstico. Por ende, la cinta nos llega ya con dos datos que siempre son buenos de tener en cuenta: la critica que la destruyó sin piedad (cosa que es constante en la saga desde su primera entrega), y la taquilla que por primera vez ha sido decepcionante en comparación a todas las entregas anteriores. Mientras que la anterior menos taquillera, Dark of the Moon, hizo $97 millones, El Ultimo Caballero solo hizo $44 millones en su primer fin de semana. Eso ya indicaba que tal vez la franquicia de Paramount ya está empezando a agotar su fuerza después de diez años en cartelera. La verdad, yo no me puedo creer esa frase porque nunca he pensado que esta franquicia ha tenido fuerza para nada. Pero por alguna razón si ha cumplido en taquilla, al menos hasta ahora…
Decirles que la película es mala no debería ser una sorpresa, porque es prácticamente una constante en toda la franquicia. Es más, Transformers, al igual que Tiburón, es una franquicia que empeora bastante con cada entrega. No en el apartado visual, claro, que sigue siendo cumplidor más ya nada sorprendente o pulido. Creo que más bien esta es donde ni los efectos especiales han sabido salvar el caos común de una película de Michael Bay. Aunque en esta parece que de cierta manera el director se ha medido, ya que sus clásicos ángulos de cámara que parecen salirse del encuadre no están tan presentes como en otras entregas. Puede que el mismo Bay este cambiando su estilo, de alguna manera, pero lo que se nota que no cambia es su manera tan facilista de hacer cine sin pensarlo mucho. Con esos argumentos que parecen improvisados y sus situaciones tan fuera de lugar, pareciera que lo único que quiere es aumentar la duración de la película sin motivo aparente. Más insultante es la presentación de dos personajes femeninos que parecían fuertes y prometedores, sobretodo Izabella en un trailer que en verdad vendía muy bien la película, y que al final terminan siendo objetivizados y muy tomados a la ligera. Pero quejarme de esas cosas, siendo esta la quinta entrega de la saga, es por las puras. ¿Qué, al final termine quejándome igual? Ok, lo siento… No, no lo siento.
La pregunta es, hablado un poco sobre la historia, ¿cuánto puede aguantar una saga tanta improvisación? Es como si nunca estuvieran pensando en las películas a futuro, como si no se preocuparan por introducir elementos nuevos, aunque no cuadren bien con lo visto anteriormente. Cada película de Transformers es básicamente un ejercicio de poca creatividad para continuar la historia, cada vez entregándonos detalles que son sumamente importantes pero que no se han mencionado con anterioridad. Y es que uno ya no sabe si la AllSpark, la Matrix, el Energon o el Sceptre son importantes ya que cada uno tiene un valor tan gran que uno se pregunta por que se peleaban tanto en la película anterior. O porque habiendo supuesto villanos tan poderosos como Theo Fallen o Sentinel Prime tenemos que seguir aguantando a Megatron que simplemente después de la primera película es un remedo de personaje. No espero que se hagan una gran saga, porque tampoco podrían hacerlo viendo los esperpentos que han hecho, pero al menos uno esperaría algo de continuidad dentro de una saga que les ha dado tanto dinero. Pero como el espectador fanático de la saga no parece molestarse por ese tipo de cosas, los productores no parecen tomarle importancia.
Hace ocho años me pregunté cuanto de este cine insulso la gente podría aguantar, y eso fue después de Revenge of the Fallen, la cual consideraba un insulto mayor a la audiencia. Mi opinión no ha cambiado, más bien se ha intensificado con cada entrega posterior debido al cada vez más notorio bajón en calidad. Sin embargo, parece que mi queja constante sobre el público que alimenta la taquilla de este tipo de películas ya no se aplica tanto en este caso. Dándole una mirada a los últimos números de taquilla, seria tal vez momento de que Paramount considere hacer cambios. De por si la salida de Michael Bay, quien ha dicho que esta es la última película que dirige de la saga, ya puede augurar un mejor futuro. Más aun considerante que los planes que hay a futuro son para un universo expandido de la franquicia. La taquilla mundial asegura una nueva entrega, la pregunta es que si en el futuro lo que viene será una nueva película de pacotilla, o quizá un repunte de la saga. Eso solo el tiempo lo dirá.
Transformers: El Ultimo Caballero termina siendo más de lo mismo, considerando que cada película es peor que la anterior. Ni el apartado visual logra salvar a este esperpento de ser una secuencia de escenas inconexas para conseguir un metraje demasiado largo. Sin lugar a dudas este es el punto más bajo de Michael Bay, y no es que eso sorprenda viendo su trayectoria. Para los fanáticos de la saga que esperan ver lo de siempre, no se decepcionaran. Para los que buscamos ver una película al menos decente, mejor busquen algo en Netflix.