Publicado: 23 de octubre del 2017
Hablar de Gran Turismo es referirnos a aquella saga que fue inició hace casi 20 años, desarrollado por Polyphony Digital de la mano del productor Kazunori Yamauchi, que empezó a centrarse en la simulación de la conducción y carrera de vehículos, buscando llevar la sensación de conducción, sonido y estética visual a los hogares de los jugadores.
Con el paso de los años, fueron apareciendo otras alternativas en el mercado de videojuegos, entre ellas la saga Forza en el 2005, que aprovechó muy bien el lapso de tiempo entre Gran Turismo 4 y 5 (2005 y 2010, respectivamente) además de los fallos de este último, para ir ganando el cariño de los fans del automovilismo. Y aunque en el 2013 Sony fue recuperando un poco del terreno perdido con Gran Turismo 6, las apariciones de Forza Motorsport 6 (2015) y 7 (2017, hace pocos días) sin contar las del arcade Forza Horizon 2 (2014) y 3 (2016), lo han obligado a reaparecer en las pistas y hacer un algo tardío debut en la PlayStation 4 con Gran Turismo Sport, juego que se lanzó como promesa de volverse un referente en los eSports al estar orientado en la competición online, además de ser el primero de la franquicia que contaría con una resolución que llega al 4K y corriendo a 60 fps estables, además de estar embellecido por la habilitación del HDR y la inclusión de un modo VR para darle una dosis de realismo al asunto.
Seamos honestos: en un principio todos esperaban un Gran Turismo 7, pero la idea para esta entrega era un título que se desvíe un poco de su rumbo original para irse más del lado de la competencia, pero buscando estar a la altura de la famosa saga a la que pertenece.
¿Logrará estar a la altura de la competencia? ¿De las expectativas de los fans? ¿Será un nuevo giro en la franquicia? Estas y otras preguntas trataremos de resolverlas en nuestro análisis de Gran Turismo Sport.
Gran Turismo Sport le permite a la franquicia salir de un hiato indefinido al hacer su estreno (por fin) en una plataforma de actual generación para entrar en la carrera en la que están Forza, Project Cars, Dirt Rally y (aún con su accidentado debut) Driveclub.
La gente de Polyphony nos ha traído en esta ocasión un juego con una tremenda orientación a la competitividad online, en un intento por adaptarse a los nuevos tiempos y a los gustos de un nuevo público, quizá para ganar adeptos entre quienes no han crecido siguiendo a la franquicia como para prepararlos para la venida de Gran Turismo 7. Lo que nos corresponde preguntarnos es si la forma habrá sido la correcta. En una entrevista reciente, Kazunori Yamauchi afirmó que para Gran Turismo Sport se eliminó el modo Carrera (GT) debido a que los jugadores ya no tienen interés en el automovilismo (¿?), de modo que «simplificaron el juego» para que «aquellos que no conocen los efectos de cambiar el filtro de aire» puedan tener una interfaz más amigable. Ante esto, probablemente muy pocos seguidores de la franquicia desde hace 20 años podrían quedar contentos.
La realidad es que esta entrega ha reemplazado el clásico modo GT (llamado también modo carrera) por otro llamado «Campaña», que consiste simple y llanamente en cumplir una serie de (cortos) desafíos de acuerdo a determinadas reglas, las cuales puedes vencer con récords de bronce, plata y oro. Valgan verdades, son diversos y en muchos casos entretenidos, pero que no igualan a la sensación del modo GT.
«En una entrevista reciente, Kazunori Yamauchi afirmó que para Gran Turismo Sport se eliminó el modo Carrera (GT) debido a que los jugadores ya no tienen interés en el automovilismo…»
Fuera del modo Campaña tendremos el modo Arcade, que, como siempre, nos permite correr en todos los circuitos del juego a elección nuestra. Podremos realizar carreras personalizadas y escoger de manera bastante sencilla las condiciones en las que queramos jugar, aunque sin que estas condiciones (hora y climatología) impacten en nuestra conducción. De este modo, sin lluvia ni otras condiciones dinámicas, Gran Turismo Sport queda algo relegado frente a sus competidores, que sí implementan con más o menos éxito este factor.
Estas carreras Arcade podemos correrlas con alguno de los vehículos que el juego nos brinda y que al inicio no son muchos (se pueden desbloquear hasta más de 160, pocos a comparación de otros títulos) o con alguno del garaje y, finalmente, configurar las distintas opciones de carrera a nuestro gusto, como el número de vueltas, el número de carros, tipo de salida o daños, entre otras opciones. Estas opciones repercutirán directamente en el beneficio en forma de créditos y experiencia según la posición obtenida en carrera. Obviamente, a más dificultad o número de vueltas, mayor será la recompensa. Fuera de esto, tendremos carreras únicas cortas (con excepción de la serpenteante Nürburgring) con tres niveles de dificultad y finalmente el modo contrarreloj y derrape (drifting). En líneas generales, contenido algo parecido al de PSP.
Y es que Gran Turismo Sport está orientado en la Competencia Online, para el cual se entiende que el modo Campaña habría servido de preparación efectiva. En esta entrega tenemos al modo Sport como el más destacado. Para empezar, el juego te pedirá ver dos vídeos sobre deportividad, que son requisitos indispensables para poder competir contra otros jugadores en la red (y tanta será la importancia que incluso ganas un trofeo de la PSN por verlos). Una vez hecho esto, estaremos listos para competir.
Para participar es necesario que te inscribas previamente, para lo cual entrarás a una especie de lobby en el que podrás aprovechar el tiempo antes del inicio de la carrera para hacer unas vueltas de calentamiento por el circuito para irte acostumbrando y tratar de ganar la «pole position» la cual podría ser determinante para ganar a la postre dicha carrera.
Frente al anodino desafío que te ofrece la IA en el modo Campaña, el desafío que te plantea el modo Sport es capaz de engancharte totalmente.
La jugabilidad es precisa. El control se siente bastante bien trabajado y nos brinda la oportunidad de explotar el giroscopio y acelerómetro del DualShock 4, característica tan olvidada por otros juegos de la generación. Justamente al usar este modo de control es que la inmersión se siente mucho mayor, y aunque no se puede igualar a la de un timón especializado, cumple muy bien con su trabajo, sobre todo con el modo VR.
Por default, el juego viene con varios modos automáticos activados para ayudar a los principiantes, lo cual es bienvenido en vista del público que pretende querer captar la empresa desarrolladora. Es bastante sencillo adaptarse y, como dijimos anteriormente, los modos arcade y campaña ayudan bastante a lograrlo.
El problema aquí surge cuando un piloto experimentado coge el control y decide desactivar las ayudas en pro de hacer el juego más desafiante. Al final la dificultad aumenta un poco, pero sinceramente no se siente mucha diferencia. Nuevamente parecen haberse olvidado por un momento de los veteranos.
Un añadido interesante para esta edición de Gran Turismo es el modo VR, que te permitirá simular con bastante realismo cómo se sentiría manejar uno de los bólidos del juego. Aunque para mayor inmersión se recomienda usarlo con un timón compatible, usar el DualShock 4 con el giroscopio y acelerómetro es también una buena alternativa.
En el apartado técnico hay poco que criticar a Gran Turismo Sport. El juego corre fluido en 1080p a 60 cuadros por segundo estables y hasta en 4K (con checkerboarding) también a 60 cuadros en la PS4 Pro. La adición del HDR le da al juego una pinta impresionante que podrás gozar si cuentas con un televisor que lo soporte. El glass effect le da un mayor realce a la carrocería de los vehículos los cuales reflejan el entorno cuando nos atrevemos a usar el destacado modo foto del juego, tal y como podemos observar en la siguiente imagen.
Los paisajes de los circuitos del juego están increíblemente detallados, aunque como ya dijimos nos hubiese gustado ver los efectos dinámicos del clima y cómo estos impactan en la jugabilidad. A ver si en Gran Turismo 7, se animan a ponerse a la par.
El apartado sonoro está a la altura de anteriores entregas, desde el Liebestraum Nro. 3 de Liszt, con el que el juego nos recibe en el prólogo, hasta los tracks multigénero que encontramos en las carreras. Nada que reprochar en este punto, aunque tampoco nada sobresaliente.
Cumple como juego en la parte de diversión, además de tener una jugabilidad que destaca por controles precisos y ser visualmente más detallado que cualquier otro título de la saga; pero la cantidad de contenido frente a otros juegos que compiten contra él, probablemente nos haga cuestionarnos si vale la pena comprarlo ahora o esperar a que baje de precio.
Lo positivo:
Lo negativo: