Por Sebastian Zavala
Publicado: 18 de noviembre del 2017
Sí, sí. A pesar de que la primera House of the Dead es una de las peores películas basadas en videojuegos que jamás se hayan estrenado, eventualmente se estrenó una secuela aunque, gracias a los dioses cinematográficas, no fue dirigida por el infame Uwe Boll. Lo cual no quiere decir que sea una buena película, claro está. House of the Dead II es un filme lamentable, de eso no me cabe la menor duda, pero al menos es superior a su predecesora… lo cual, evidentemente, no es decir mucho.
Supongo que al menos esta secuela tiene un estilo diferente al de la cinta anterior, menos hiperactivo, menos similar al de un terrible videoclip para MTV de los 90s. Pero si están buscando algo de lógica, definitivamente se equivocaron de la película. House of the Dead II es menos estúpida que la primera parte, pero igual trata de tomarse en serio a sí misma a pesar de que nada de los sucede en pantalla tiene lógica, o siquiera resulta medianamente interesante.
La cinta comienza en la Universidad Guesta Verde, en donde el Profesor Curien (Sid Haig) está asesinando estudiantes, para luego tratar de volverlos a la vida. Sin embargo, las cosas san mal, los zombies se escapan del campus, y el gobierno manda un equipo de investigación de la NSA, liderado por la Dra. Alexandra Morgan (Emmanuelle Vaugier) para resolver la situación. Ella está acompañada por el lugarteniente Ellis (Ed Quin) y un comando especial liderado por el teniente Dalton (Sticky Fingaz… sí, en serio) quienes tratarán de obtener una muestra de la primera generación de zombies. Sin embargo, tienen poco tiempo para cumplir su misión, ya que el gobierno planea bombardear el área muy pronto.
Quitémonos lo más obvio (o una de las cosas más obvias) de encima primero: House of the Dead II no es una película poblada por actores de renombre, o siquiera de mediano talento. Por ende, no tiene caso esperar actuaciones de alto nivel en esta producción de acción y terror. Nuestra protagonista, por ejemplo, es interpretada por Emmanuelle Vaugier, quien a pesar de ser muy linda, definitivamente no resulta convincente como una mujer inteligente o fuerte o capaz de liderar un equipo especial. Sticky Fingaz (en serio, ¡ese nombre!) es incluso MENOS creíble, y el reparto secundario parece haber sido sacado de una producción universitaria. El guion tiene poco o nada de creíble, y los actores ciertamente no ayudan.
¿Qué hay de la acción, el terror y la sangre, entonces? Pues en ese sentido, la película también decepciona. OK, no es tan malo como la primera entrega —uno que otro momento resulta algo perturbador, y felizmente, el director decidió NO insertar cuadros del juego de manera aleatoria en ciertas escenas. Pero los personajes actúan de manera tan estúpida, y los escenarios en los que la mayoría de secuencias de supuesto suspenso son tan aburridos y poco interesantes, que resulta casi imposible sentirse emocionado por lo que la cinta propone.
De hecho, la mayor parte de House of the Dead II se lleva a cabo en escenarios oscuros, como pasadizos sin luz, o una universidad que supuestamente no tiene electricidad… a pesar de que ciertas áreas tienen lámparas prendidas, por alguna razón. Se nota que la cinta es de bajo presupuesto, y que no tenía muchas locaciones donde jugar. La dirección de fotografia es plana, y por momentos, tan oscura que resulta extremadamente difícil ver bien lo que está sucediendo en pantalla.
Por otra parte, el guion presenta situaciones y conceptos tan absurdos, y los actores —y aparentemente, el director— se los toma tan en serio, que el filme termina por generar más risas involuntarias que otra cosa. Por ejemplo, tenemos escenas con jugadores de fútbol zombies (por qué no…), zombies que son llamados “híper sapiens” (JAJAJAJA), y…. mosquitos zombies. Sí, en serio. Créanme cuando les digo que se MATARÁN de risa con la escena en la que uno de los personajes está siendo mordido por estas criaturas. En serio, ¿a quién le pareció una buena idea incluir MOSQUITOS ZOMBIES?
Previsiblemente, la cinta tiene poco o nada que ver con el videojuego original, incluso menos que la primera película dirigida por Uwe Boll. No hay ninguna CASA (a pesar de que, como deben saber, el filme se llama HOUSE of the Dead II), y aunque un par de personajes de película anterior están de vuelta, tienen poco que hacer, y deciden actuar terriblemente en las pocas escenas que les son dadas. Hablando en serio, extraño un poco la presencia de Jürgen Prochnow o hasta de Clint Howard en la película; no serán grandes actores, necesariamente, pero al menos lograron otorgarle aaaalgo de legitimidad a la primera producción, de la que desgraciadamente esta secuela carece.
Como deben imaginarse, los efectos especiales —tantos los digitales como los reales— son pésimos, la acción es tan emocionante como ver a dos cangrejos tratan de ganar una carrera, y en general, el filme no logra dar absolutamente nada de miedo. Muchos de los personajes son estereotipos terriblemente ofensivos —el asiático que sabe Kung Fu, el francés al que le gusta la comida, el gordo que es gracioso porque es gordo, los personajes femeninos inútiles—, y absolutamente nada que tenga que ver con la trama, o la relación que tiene este filme con su predecesor, tiene sentido (un personaje cuya mitad de cuerpo fue comida por zombies en la primera House of the Dead regresa acá en una silla de ruedas… ya….)
Considerando que ya he escrito sobre la mayoría de películas basadas en videojuegos para En Pantallas, no debería sorprenderles que de aquí en adelante comience a escribir sobre filmes que casi nadie ha visto, o que resultan tan terribles que hasta sus mismísimos directores, productores o protagonistas, han olvidado. Ciertamente ese es el caso de House of the Dead II. Sí, es ligeramente superior a la primera película, pero el filme de Uwe Boll es tan incompetente en todo sentido, que al final del día, resulta ser más memorable que su tediosa y ofensivamente incoherente secuela.