Inside

Por Jerry Guevara.

Playdead´s Inside es el nuevo juego de los creadores de esa aventura ocscura que nos sorprendió el 2011 llamada Limbo. En esta ocasión repetimos receta con otro plataformas de scroll lateral con un cuidado preciso en su estética minimalista.

El juego empieza lanzándote a un bosque en donde avanzaras midiendo tus pasos, eres un niño en un mundo sin mucho color en cada momento tus perseguidores se irán acercando para capturarte y matarte haciendo uso de todo tipo de artilugios como perros, dardos tranquilizantes o sus propias manos.

Pero, ¿de qué/quién estamos estamos escapando? Cualquier intento de responder esta pregunta puede ser spoiler, INSIDE está diseñado para que conforme vayas avanzando te compenetres más con el mundo en donde se desarrollan los hechos, mientras se va develando quién eres, quiénes te persiguen, por qué el mundo es como es en ese momento, a que se dedican tus perseguidores, y por qué tienes habilidades especiales que posteriormente usaras en el mundo.

Los escenarios son muy variados, aunque mantengan sus colores apagados, parte de la misma estética del título. Tenemos entornos rurales, de bosque, industriales, pantanosos e incluso niveles completamente acuáticos.

La jugabilidad combina las plataformas con puzzles simples, pero que harán que te detengas algunos minutos a pensar su solución. Algunos de ellos harán que pienses afuera de la caja para seguir avanzando. No estamos ante grandes retos de inteligencia pero si te sentirás gratificación mientras avanzas, también podrás hacer uso de algunos “compañeros” en momentos de la historia, también un vehiculo acuático y las mecánicas regulares de niveles de agua, sumando todo el tiempo a las mecánicas el peligro de la persecución.

El juego dura alrededor de 3 horas, pero no necesita más, es una aventura profundamente emocionante que te hará sentir repugnancia, opresión, miedo, adrenalina, inquietud y conservará eternamente un halo de misterio sobre el significado de todo lo vivido en esas tres horas, una aventura que definitivamente vale la pena vivir a los mandos.