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Publicado: 15 de marzo del 2018
Into the Breach es el nuevo juego de la gente de Subset Games, un pequeño estudio fundado en Shangai que por medio de Kickstarter saco su primer proyecto, FTL: Faster Than Light, un roguelike de un par de pantallas que nos ponía en el control de una nave espacial en un viaje para detener una poderosa flota que pone en riesgo la galaxia. Seis años después el estudio saca su segundo título, que lo rodea de un misticismo adicional a las screens que han mostrado.
La humanidad ha sido aniquilada por los Vek, unos alienigenas de turno que salen del suelo en diferentes formas, y han acabado con todo. Excepto por un viajero del tiempo, que junto con 3 unidades viajará al pasado para detener los ataques clave que acabaron con la humanidad en colorin colorado. ..La premisa es esa más que nada, y entre algunos diálogos, el resto del aspecto narrativo es poco. El núcleo de Into The Breach está en sus mecánicas, que nos van a sacar el jugo como no tenemos idea.
Al regresar en el tiempo nos permitirán elegir entre varias islas, divididas en sectores libres de elegir con tareas que hacer. Al entrar al ella veremos que es un tactical RPG, un mapa pequeño dividido en cuadros donde ubicaremos nuestras unidades, las moveremos por turnos y esperaremos el turno del enemigo.
Si conocen cómo es el género, sabrán lo que viene: Movimientos cruciales que podrán eliminar enemigos molestosos, riesgo de que nos acorralen, que dependiendo de la unidad que manejamos está limitada a varios aspectos (rango de ataque, cantidad de cuadros a moverse, entre otros) y un gran etcétera.
La ventaja la tenemos nosotros: un meka gigante, un tanque y un bombardero de tierra que se desplaza con unas pinzas son el temor de esos feos bichos, que podremos derrotarlos en unos cuantos turnos. Al menos eso piensas al inicio….
Mencioné que viajamos al pasado para salvar la humanidad, y esa es nuestra misión principal, porque el simple lore de Into the Breach nos dice algo muy claro: HAS PERDIDO, VUELVE AL PASADO Y SALVA A LA HUMANIDAD. Matar Vexs está bien, pero el juego nos pone trampas. Viajar al pasado nos da unas celdas de energía, ubicadas en los edificios que hay en cada nivel del juego. Si son destruidas, no solo mueren personas (ahí viven al parecer y hasta nos indican la cantidad de bajas) si no, que nos quitan una barra, si esta llega a cero, la amenaza Vex se hace incontrolable y hemos perdido, tendremos que regresar al vortex del tiempo y empezar otra vez.
Cada acción que hagamos repercute en el escenario, este es uno de los aspectos más importantes de Into the Breach. Si usamos a nuestro robot y atacamos a un Vex con un golpe, este tiene un área de ataque a su alrededor. Si hay una montaña detrás del bicho, éste retrocede contra ella y le hace daño doble. No solo se puede tratar de una montaña, puede ser un río que hace instakill si el Vex es un tipo que se desplaza por tierra. Puede ser una fosa, una mina o peor aún, un edificio de energía con humanos dentro.
La dificultad es un factor importante, cada movimiento es para pensarlo por minutos. Los Vex pueden aparecer en cualquier lado del mapa, tenemos el dominio en potencia de ataque, pero ellos en cantidad y en formas de contrarrestar nuestro punto más fuerte. Podemos intuir que hasta llegan a aprender de nuestras jugadas, y si encontramos una forma de vencerlas, o llegan nuevas razas de Vex que aparecen en plena partida, o es la misma geografía del mapa que nos obliga a pensar en reconstituir una estrategia.
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Es cierto que lo que digo puede espantarlo horriblemente pero olvidamos algo, somos un endemoniado viajero del tiempo con recursos y armamento ilimitado. Tenemos a disposición un sinfin de actualizaciones de armas que podemos mejorar, y si no deseamos tales mejoras en la siguiente operación, pues las deshaces y creas nuevas. Mientras más niveles despejemos, más créditos nos darán y nuevas unidades estarán a nuestra disposición.
Into The Breach podría definirse como un mod del ajedrez: Jugamos en un gran cuadro con unas fichas limitadas y sus movimientos, calculando cada movimiento y pensando en el siguiente. Porque cuando más nos metemos en el juego, más intuimos jugadas, el espacio de posibilidades se expande a posibilidades indefinidas, y eso es lo que lo hace grande, lo enviciante y tan bien hecho que están las misiones.
El mismo hecho de perder no nos crea una sensación de pérdida, sino de superación. Nos puede dejar preguntas si con tal unidad puedo contrarrestar al ácido del ese vex, y si posiciono tal unidad bípeda a tal sitio lo combeo con otro robot que posicionado en su cuadro, tendrá el alcance de golpearlo porque mi otra unidad lo arrimo al sitio ubicado. Es increíble la forma en la que nos puede sumergir en la concentración con una sola pantalla de juego.
En términos técnicos, el juego se bien bien, no llega al clásico pixel art y se deja apreciar por cómo se ve. La música cumple sin ser extraordinaria, está más para ser ambiental que para otra función más. Posiblemente lo negativo que le pueda darle es que la curva de dificultad es algo extraña, no es progresiva, puede darnos niveles súper sencillos y al siguiente nos da un reto que nos dejó con solo una unidad.-Sin embargo el juego nos avisa deesto con un indicador de dificultad, establecido con unas estrellas.
La humanidad ha fallado en sobrevivir pero nuestro espíritu de lucha y astucia nos da una oportunidad que siempre aparece al filo del abismo. Into The Breach es un juego de presión, de cabeza fría y de adictiva interacción. El siguiente movimiento puede girar toda una partida, puede que nuestro gran paso nos lleve a la victoria sobre una amenaza que al parecer no tiene quien la pare. Pero somos nosotros que hacemos lo imposible en el camino al éxito y a la supervivencia de nuestra especie.
Lo positivo: