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Por Sebastian Zavala
Publicado: 14 de febrero del 2021
“Little Nightmares II” es uno de los juegos mas escalofriantes que haya probado en un buen tiempo, por más de que no lo parezca… al menos en un inicio. Si jugaron la primera entrega, sabrán más o menos qué esperar de esta secuela, pero incluso si no tienen ninguna experiencia previa con la franquicia, disfrutarán muchísimo de este puzzle-platformer, lleno de momentos verdaderamente tensos, brillantes secuencias de stealth, y hasta algo de combate. Lo que hace “Little Nightmares II”, pues, es mejorar y expandir todo lo que fue introducido en su predecesor, para desarrollar una experiencia muy entretenida, que sabe exactamente cómo asustar al jugador, pero también como motivarlo a no dejar a un lado el control. Es un balance delicado, que “Little Nightmares II” felizmente obtiene sin mayores problemas.
La siguiente análisis fue realizado gracias a un código compartido por Bandai Namco para la plataforma Xbox.
La trama no es lo más importante en “Little Nightmares II”; de hecho, no es transmitida de manera particularmente obvia, ya que el juego favorece el storytelling visual por sobre cualquier otro recurso narrativo. Lo importante acá es que uno controla a Mono, un nuevo protagonista con una bolsa de papel en la cabeza, que felizmente igual cuenta con la ayuda de Six, el personaje principal del primer “Little Nightmares”, que esta vez es controlado por la computadora. Uno tiene que atravesar varias áreas, caminando de izquierda a derecha, resolviendo puzzles muy bien construidos, enfrentándose a enemigos grotescos, y en general, disfrutando de la atmósfera oscura y extremadamente estilizada que el juego logra generar.
La mayor novedad de “Little Nightmares II”, como se deben imaginar, es el hecho de que uno tiene ahora a Six de compañera. Uno puede llamarla con un botón, o también dándole la mano —lo cual es increíblemente adorable—, pero lo mejor es que no se trata de un personaje inútil controlado por el CPU. De hecho, Six termina ayudando a Mono de diversas maneras, manejando los ítems con los que cuenta, moviendo ciertos elementos, y en general, haciendo que la experiencia de jugar “Little Nightmares II” sea más cómoda, sin llegar a ser demasiado fácil o infantil. Obviamente, el hecho de que en esta ocasión uno no esté solo, ayuda a que la atmósfera del juego sea ligeramente menos abrumadora, pero eso no hace que “Little Nightmares II” deje de ser una experiencia, por momentos, aterradora. Todo lo contrario, de hecho.
Los puzzles, como se deben imaginar, están muy bien realizados, y aunque no son de los más complejos que jamás haya tenido que resolver, son lo suficientemente retadores como para que “Little Nightmares II” no se termine sintiendo como una experiencia demasiado fácil. En algunos casos uno tiene que explorar un área en particular para encontrar algo; en otros, tiene que resolver puzzles basados en la física del juego, lo cual resulta en soluciones extremadamente satisfactorias, casi como si uno hubiese encontrado la única pieza faltante para completar el rompecabezas. Estos puzzles, mezclados con los otros elementos del juego, convierten a “Little Nightmares II” en un título muy variado, que jamás subestima al jugador, más bien lanzándole diferentes retos de manera gradual y lógica.
Adicionalmente, me gustó el que hayan agregado un sistema de batalla bastante sencillo en esta secuela. Como todo en “Little Nightmares II”, es bastante minimalista, pero cumple con su cometido. Uno puede agarrar ítems como martillos, y utilizarlos en puntos muy específicos de cada nivel, ya sea para deshacerse de un enemigo, o para tratar de resolver un puzzle. Es algo que ha sido integrado al ya clásico gameplay de “Little Nightmares” sin sentirse forzado o innecesario, más bien haciendo que la experiencia se sienta más variada. Después de todo, ahora el jugador cuenta con más recursos —ítems y hasta una nueva compañera, como ya se ha dicho— para poder avanzar en la historia y no morir en el intento. Es ahí precisamente donde radica la belleza de “Little Nightmares II”: expande lo ya introducido en su predecesor, y agrega nuevos elementos que complementan lo que ya conocemos, sin negar sus mejores características.
Ahora bien, si “Little Nightmares II” termina siendo tan tenso y escalofriante como su predecesor, es gracias a los enfrentamientos con los jefes grotescos. Dichas peleas, en realidad, se llevan a cabo durante secuencias de persecución, donde uno tiene que esconderse o escaparse de los jefes, haciendo que los enemigos se sientan muy poderosos, y por ende, innegablemente intimidades. Es esta aplicación de mecánicas tipo stealth lo que le otorga mucho suspenso a “Little Nightmares II”, haciendo que uno termine escapando con las justas de los jefes, casi temblando con el control en la mano, seguro de que si se demoraba uno o dos segundos más en correr, Mono y Six se morían. Los combates sencillos y los puzzles están muy bien, pero son estos encuentros los que terminaron llamándome más la atención.
Visualmente, “Little Nightmares II” es todo lo que uno esperaría de una secuela de este tipo. La atmósfera del juego es palpable, haciendo un excelente uso de una estética estilo Tim Burton, mostrándonos enemigos asquerosos y memorables, y desarrollando a Mono —y por qué no, a Six—, como un protagonista algo adorable, pero bastante oscuro, también. Cada área nueva parece estar llena de secretos, escondiendo diferentes elementos en sus sombras, tanto así que por momentos simplemente dejaba de jugar para admirar los escenarios y todos los detalles con los que contaban. “Little Nightmares II” corre sin problemas, además, con animaciones muy fluidas, y un framerate consistente. Al igual que el gameplay, el aspecto audiovisual de “Little Nightmares II” hace un gran trabajo a la hora de expandir lo introducido en el primer juego, pero con suficientes novedades como para no sentirse como un refrito.
“Little Nightmares II” no me decepcionó en lo absoluto. Se trata de una secuela que entiende perfectamente lo que su predecesor hizo tan bien, y por ende expande y mejora dichos elementos, para desarrollar una experiencia tensa, emocionante y hasta adictiva. Sí, hubiese sido genial que cuente con un modo cooperativo —después de todo, ya tiene dos personales principales por default—, y sí, el combate es algo simplista, pero fuera de eso, no tengo demasiadas quejas en relación a “Little Nightmares II”. Se trata de un puzzle-platformer visualmente impresionante, lleno de creatividad, puzzles suficientemente retadores, y secuencias de persecución muy emocionantes. Incluso si no son fanáticos de los juegos de terror, valdría la pena que prueben “Little Nightmares II” —¡puede que terminen cambiando de opinión!
Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Bandai Namco.
Lo positivo:
Lo negativo: