Por Daniel Ezeta
Publicado: 24 de mayo del 2017
Wonder Boy: The Dragon’s Trap renace de las cenizas para traernos de vuelta una épica aventura llena de monstruos, poderes mágicos y mucha nostalgia.
Lanzado originalmente en el año 1989 para la Sega Master System, fue desarrollado por Westone y publicado por Sega.
Wonder Boy: The Dragon’s Trap es un videojuego de acción-aventura de plataformas que ha sido traído de vuelta del mundo retro gracias al estudio Lizardcube y publicado por DotEmu. Actualmente se encuentra disponible para PS4, Xbox One, Nintendo Switch y próximamente para PC.
Debo decir que, como alguien que nunca tuvo chance de probar su entrega original, ha sido muy grato y satisfactorio conocer esta aventura plataformera, ya que sumado a su variado gameplay y su nivel de dificultad, que puede llegar a ser bastante complicado, el equipo de Lizarcube se ha lucido en el apartado gráfico. Sorprende que todo el juego haya sido adaptado a un estilo de ilustración a mano alzada y la música 8bit convertida en excelentes piezas sinfónicas.
Desde la concepción del juego, me parece muy interesante que se te permita cambiar en todo momento el estilo de arte del juego, lo que demuestra que básicamente se está respetando el diseño original de todos los niveles. Eso me hace pensar si solamente un cambio de traje puede ser suficiente para traer devuelta un juego con casi 30 años de antigüedad.
Así que luego de muchas horas de juego, en su versión para PS4, ha llegado el momento de hacer nuestro análisis.
Ante ti se extiende Monster Land. Superando diversas dificultades, por fin has logrado entrar al castillo del monstruo. Tu meta es la temida sala del Dragón.
En Wonder Boy: The Dragon’s Trap puedes elegir como personaje entre un chico o una chica y tu misión es entrar a un castillo para derrotar un malvado monstruo. Lamentablemente, al hacerlo recibes una maldición que te convierte en un lagarto gigante.
Nuestra misión básicamente es recuperar nuestra forma humana, pero en el camino seremos víctima de otras maldiciones que nos convertirán en otros animales, como un pequeño ratón hasta una piraña. Sin embargo, podremos usar las nuevas habilidades adquiridas para seguir explorando el resto del mundo y mejorar nuestras armas y equipamiento de defensa.
En esta nueva entrega se presenta a Wonder Girl, con la cuál también podremos explorar el basto mundo de Monster Land.
Wonder Boy: The Dragon’s Trap es un juego de acción-aventura de plataformas, aunque una descripción más precisa sería que es un “Metroidvania”, ya que muchas áreas solo serán posibles de alcanzar cuando nos transformamos en monstruos para usar sus habilidades.
Por ejemplo, en la forma de lagarto podremos lanzar fuego por la boca, pero no tendremos ninguna defensa. En la forma de ratón podremos escalar por ciertas paredes para llegar a lugares más alejados, además nuestro tamaño nos permitirá escabullirnos por pequeños agujeros.
En la forma de piraña podremos movernos con mucha facilidad bajo el agua, como león tendremos mayor poder y rango de ataque con la espada y finalmente como águila podremos volar.
En todas las formas, menos en lagarto, contaremos con una espada, escudo y armadura, las cuales podremos ir mejorando en las diversas tiendas que tiene un personaje muy gracioso que es un cerdo pirata con un parche en el ojo y su cigarro.
Además, a lo largo del mapa podremos encontrar diversos cofres secretos que contienen desde oro, armas adicionales como flechas o boomerangs, hasta corazones para incrementar nuestra vida y otros secretos.
Lamentablemente tuve algunos problemas con el tema de las colisiones, ya que al ser golpeados por un enemigo, nuestro personaje entra en un breve estado de “parpadeo” en el cual, si bien no pueden seguir bajando nuestra vida, la colisiones permanecen haciendo que podamos seguir siendo golpeados y eso puede generar un ciclo incómodo e incluso puede hacer que nos atoremos un rato.
Muchas áreas serán inaccesibles hasta que logres transformarte en animales y adquirir sus habilidades.
Wonder Boy: The Dragon’s Trap cuenta con una gran variedad de zonas para explorar, desde una playa tropical, un barco hundido, un desierto lleno de pirámides, un templo japonés, un par de cuevas hasta unos imponentes castillos.
El juego recompensa muy bien la exploración y sin ser muy complejo a nivel jugable, representa un gran reto, especialmente por la variedad de enemigos y si entras a una zona nueva sin el equipamiento adecuado.
Durante mi gameplay cometí el error de explorar una zona que exigía mejores armas y escudos. Sin embargo, por más que estuve muriendo repetidamente, el juego me mantuvo enganchado durante varias horas, hasta que finalmente pude superar la zona. Para mi buena suerte, al volver a otras zonas, me resultó mucho más fácil por la experiencia adquirida y eso que tenía el nivel de dificultad en normal.
Si decides ir defrente en el modo difícil, la barra de vida estará acompañada de un pequeño reloj de arena, el cual al agotarse consumirá un porcentaje de tus corazones y eso sumado a lo enemigos, más el estrés de ir rápido antes de que se agote el tiempo, se convierte en un verdadero reto.
Felizmente para recuperar nuestra vida encontraremos en algunos puntos del mapa a una linda enfermera dispuesta a curarnos (luego de pagar sus cada vez más exorbitantes precios por el servicio médico).
Probablemente este sea uno de los puntos que más he disfrutado del juego, ya que el diseño original de los escenario se ha respetado completamente, pero convertidos en un estilo de dibujo a mano alzada.
Además, con un botón podremos cambiar entre los gráficos retro con los actuales y con otro botón varía los efectos de sonido y la música 8bit a unas hermosas piezas totalmente orquestadas.
En cuantos a la dirección de arte, realmente el juego es una delicia visual por el nivel de detalle de cada uno de los escenarios y el diseño de los personajes, que los llena de vida y carisma. En cierta forma creo que es una excelente idea para traer devuelta a los clásicos juegos retro, ya que se satisface la demanda del público que lo jugó en su momento y atrae a las nuevas generaciones de jugadores que quizá muestren algún rechazo al pixelart.
Eso si, me hubiese gustado mucho que esta función de cambiar los gráficos no haya quedado simplemente en algo a elección del jugador, sino que se haga un pequeño rediseño en el juego donde, solo en algunas partes, te obliguen a alternar entre ambos modos de juego para poder progresar a alguna zona nueva.
En la web oficial de Wonder Boy puedes encontrar unos video-diarios donde hablan sobre el proceso de desarrollo de la música.
Que no quede ninguna duda que la música de este juego es excelente y me refiero tanto a los temas originales compuestos por Shinichi Sakamoto, los cuales disfruté casi en su totalidad durante las primeras 3 horas de juego, sino también por los arreglos de Michael Geyre en versión sinfónica.
En el preciso instante que escribo estas líneas, lo hago al compás del tema “Mind Of Hero”, el cual aparece en varias secciones del juego. Quiero destacar el arreglo de este tema porque me parece una genialidad la manera que Michael Geyre convierte el tema de 8bits en un tango lleno de energía y sensualidad, con el uso del bandoneón y los violines.
Debido a la variedad de zonas, la música cambia totalmente para cada una de ellas, destacando algunos instrumentos más que otros como el uso de guitarras, vientos, marimbas, alguno que otro instrumento oriental y hasta tenemos un coro en algunos de los temas.
Creo que no soy ni seré el único en pedir una edición especial ASAP de la banda sonora del juego, ya que son temas que te llenan de energía y buen humor.
La gran variedad de enemigos y jefes nos traerán muchas complicaciones por momentos.
Wonder Boy: The Dragon’s Trap es sin duda un gran juego que nos demuestra que lo importante no son los gráficos sino el buen diseño de niveles y la jugabilidad, ya que sin la necesidad de este remake, ya era considerado un clásico entre aquellos que pudieron disfrutar su entrega original de 1989.
En este caso el tema de los gráficos es solo un acompañamiento para invitar a las nuevas generaciones de jugadores (o como yo, a las viejos que nunca lo pudieron probar en su momento) a disfrutar de este entrega.
Eso si, no se puede negar que el departamento de arte y música se han lucido completamente, lo que demuestra que el juego se ha hecho con mucho cariño en cada pequeño aspecto y eso se nota al momento de jugarlo.
Por un momento pensé que no tenía mucha rejugablidad, sin embargo para aquellos que exploran este mundo por primera vez, hay muchos secretos por encontrar, como la mejora de todas las armas, escudos y armaduras, además de otros secretos.
Por otro lado, si deseas más reto, recomiendo jugar primero el nivel normal y luego el difícil, porque ahí la cosa si se pone muchísimo más complicada.
Espero con toda sinceridad que otros estudios que busquen traer de vuelta viejos clásicos de los 80 y principios de los 90, sigan el ejemplo de lo realizado por Lizardcube. Las nuevas generaciones se los agradecerán. Así, que no esperes más y corre a disfrutar de este juegazo.
Wonder Boy: The Dragon's Trap nos demuestra que un gran juego es el balance perfecto entre jugabilidad y sus gráficos.
El presente análisis de Wonder Boy: The Dragon’s Trap fue realizado con un código de descarga para PS4 brindado por Lizardcube y DotEmu.
Lo positivo:
Lo negativo: