“Pokémon: Jirachi y los Deseos” es la primera película perteneciente a la Generación Advance, quizás, la generación de juegos de “Pokémon” menos apreciada por los fanáticos. No me tomen a mal, no estoy diciendo que los juegos de “Pokémon Safiro y Rubí” sean malos, pero considerando la poca conectividad que tuvieron con juegos previos y posteriores, así como algunos cambios de gameplay algo radicales, no me sorprende el que muchos gamers simplemente no hayan conectado con ellos. Mi caso es algo diferente —el Game Boy Advance fue la primera consola portátil que jamás tuve, por lo que crecí con esta generación de juegos de “Pokémon”, y por ende, les tengo harto cariño. ¡Son buenos! No hay nade que puedan decir para convencerme de lo contrario.
Pero me estoy desviando del tema. El punto es que “Pokémon: Jirachi y los Deseos” es la primera película basada en esta generación de juegos… y no es nada del otro mundo Eso sí, definitivamente no es de las peores que jamás hayan salido de esta franquicia, pero al cambiar de personajes y de conceptos base, el filme se aleja un poco de lo que las anteriores habían estado haciendo. Lo cual, considerando la calidad de las mismas, no debería ser algo malo de por sí… pero el problema es que muchos de los elementos más característicos de las películas anteriores han sido reemplazados por personajes o ideas nuevas igual de mal desarrolladas. El cambio es bueno… con tal de que represente una mejora. Ese no es el caso de “Pokémon: Jirachi y los Deseos”.
El filme tiene como protagonista a Ash Ketchum, como siempre, pero esta vez no está rodeado de sus fieles compañeros, Misty y Brock. La primera simplemente ha desaparecido, y el segundo seguía apareciendo de cuando en cuando en el anime, pero esta vez, convertido en una caricatura (heh) de lo que era antes; digamos que el personaje no cambió para bien. En todo caso, ambos han sido reemplazados por dos hermanos, May y Max. La primera podría considerarse como una suerte de interés amoroso para Ash (al menos lo más cercano a dicho concepto que podría tener la película), mientras que el segundo es un niño engreído que, por alguna razón, no puede obtener sus propios Pokémon. Ugh.
No aguanto a los hermanitos
La trama de la película gira alrededor del Millenium Comet, el cual aparece en el cielo cada mil años por una semana, y del villano de turno, un mago (!) llamado Butler —ex miembro del Equipo Magma— que quiere usarlo para despertar al legendario Pokémon Groundon (quien, dicho sea de paso, aparece brevemente en el prólogo así que… ¿alerta de spoilers?). Como deben imaginarse, Ash, sus amigos y por supuesto, el gran Pikachu, tendrán que detener a Butler antes de que cumpla su cometido.
Uno de los elementos más desesperantes de “Pokémon: Jirachi y los Deseos” es la relación entre May y Max. Entiendo que son hermanos, y entiendo que las relaciones entre hermanos pueden llegar a ser bastante complicadas, pero la rivalidad entre ambos es, francamente, cansadora, y resulta en escenas de enfrentamiento bastante forzadas, en las que tratan de demostrar quién de ellos es el mejor. El diálogo, además, no ayuda —por alguna razón, esta vez utilizan chistes y juegos de palabras con nombres de Pokémon… lo cual, honestamente, no es particularmente chistoso. Misty y Brock no tenían las personalidades más interesantes del mundo, pero al menos no se pasaban la vida peleando y utilizando puns ridículos. Realmente se les extraña.
Por otra parte —y creo que este es un problema que solo se encuentra en los doblajes americanos y latinos—, el uso de la narración en off es terrible. Una de las reglas básicas del cine es: “enseña, no digas” (show, do not tell), pero por alguna razón, el narrador en “Pokémon: Jirachi y los Deseos” se pasa escenas enteras explicando la trama o los objetivos de Ash. Se trata de un recurso increíblemente innecesario, el cual, encima, le hace sentir al espectador que lo están tomando por idiota. Entiendo que se trata de una cinta para niños, pero una cosa es ser simplista o sencillo, y otra cosa es asumir que tu público es sonso. Hay demasiadas películas que demuestran que no es necesario subestimar a los niños, como para que este recurso se sienta justificado.
Al menos no se ve barata
Ahora bien, siendo “Pokémon: Jirachi y los Deseos” la primera película que se estreno directamente en DVD en los Estados Unidos, uno podría esperar que se sienta más barata que las anteriores, pero felizmente ese no es el caso. La animación sigue siendo de calidad media, pero los colores son vivos, y el filme incluye un par de planos escénicos bastante hermosos. Sin embargo, a nivel narrativo, deja mucho que desear. “Pokémon: Jirachi y los Deseos” es un road trip poco relevante, que cuenta una historia que jamás se llega a sentir como algo verdaderamente épico, o siquiera importante para nuestros héroes. Es el tipo de secuela que podría ser salteada si es que alguien decide hacer una maratón de estas películas (algún masoquista, me imagino), sin mayores consecuencias. Sí, es la primera cinta de esta generación, pero eso no quiere decir que todos los fanáticos tengan que verla.
“Pokémon: Jirachi y los Deseos” no es la peor de las películas de la franquicia, pero tampoco es de las más aceptables. Se extraña la presencia de personajes relativamente clásicos como Brock y Misty, y sus reemplazos, May y Max, protagonizan algunas de las escenas más desesperantes de la película. Visualmente, el filme es bastante más agradable que sus predecesores, y el ver a nuevas criaturas de una nueva generación en pantalla ciertamente es entretenido, pero la trama no es lo suficientemente intrigante o épica como para que uno se mantenga pegado a la pantalla. “Pokémon: Jirachi y los Deseos” es una cinta lenta y poco interesante, de animación regularona y diálogo cursi —es decir, lo que a estas alturas del partido deberíamos esperar de una secuela más de esta saga.