Luego de que la entrega anterior de la franquicia trató de hacer algo distinto, experimentado con un formato doble más similar al de los juegos, regresamos a más de lo mismo. “Pokémon: Kyurem vs. El Espadachin Místico” no es una mala película, necesariamente, pero se siente demasiado parecida a las entregas anteriores de la saga, contentándose con una premisa algo débil, personajes poco simpáticos, y una animación de buena calidad —al menos— que se desperdicia en una historia que no debería resultar particularmente atractiva para aquellos que no vivan y respiren Pokémon. Por más de que las cintas de Pokémon Negro y Pokémon Blanco tuvieran algunos defectos, aplaudí el hecho de que se atrevieran a hacer algo diferente. Lamentablemente, no puedo decir lo mismo de “Pokémon: Kyurem vs. El Espadachin Místico”.
La premisa es más o menos lo que se imaginarían de una película animada más de la franquicia. El Pokémon legendario Keldeo quiere convertirse en una Espada de la Justicia (junto a Cobalion, Terrakion y Virizion), y para hacerlo, tiene que derrotar a otro Pokémon legendario: el Kyurem del título. Lamentablemente, aparte de saber lo poderoso que es, no nos enteramos mucho sobre Kyurem: de donde viene, a donde va, o qué es lo que quiere. Lo mismo puedo decir sobre Keldeo. Ash, Iris y Cilan se involucran en toda esta trama únicamente de casualidad, y curiosamente, no se sienten integrales para conclusión de la narrativa. El verdadero protagonista de la historia es Keldeo… un Pokémon; Ash y compañía están de pasada, no más.
La trama se siente obligatoria y floja. Me gustó el que le den tanta importancia a un monstruo, en vez de los humanos —es como cuando le dan importancia a los robots en las películas de Transformers, en vez de los personajes de Shia LaBeouf o Mark Wahlberg—, pero desgraciadamente, no se trata de un protagonista particularmente bien desarrollado. De hecho, las otras tres Espadas de la Justicia son igual de aburridas; monstruos con poca personalidad, e inexplicablemente poderosos. Si realmente quieren hacer que Ash siga siendo el humano principal de estas historias, pero complementándose con otros personajes, deberían desarrollar bien a todos, y justificar sus acciones, al menos de manera algo ligera. Desgraciadamente, eso no es lo que sucede en “Pokémon: Kyurem vs. El Espadachin Místico”.
Bastante flojita
El diálogo, por otro lado, se siente incluso más previsible que en películas anteriores, y el uso de los flashbacks es excesivo, haciendo que el filme se sienta, por momentos, más como una parodia de lo que debería ser un anime de Pokémon, en vez de una entrega oficial más de la franquicia. El guión está lleno de coincidencias difíciles de tragar, y elementos narrativos que, tantas películas después, ni siquiera los fanáticos más pequeños de la casa serían capaces de acepta. De repente si “Pokémon: Kyurem vs. El Espadachin Místico” fuese la cuarta o quinta película de la saga, no sería tan exigente con ella; pero consideren que hemos estado viendo estos filmes animados por años. ¡Deberían tratar de hacer algo distinto y, con suerte, mejor!
Adicionalmente, sí se me hizo algo raro el tener a cinco Pokémon que hablan. Entiendo que en filmes previos teníamos a uno o a dos, pero el tener a cinco protagonistas/monstruos que se comunican sin mayores problemas con los humanos le otorga un tono bastante diferente a la secuela… el cual no estoy seguro funcione del todo. Además, considerando que la película es extremadamente corta (con las justas dura una hora y doce minutos), no me sorprende el que las cosas se sientan tan apresuradas —el problema de esto es que no le dan tiempo para respirar, ni a la trama ni a los personajes, y que muchos de estos terminan sintiéndose como borradores básicos de algo que, con más tiempo y recursos, hubiera podido ser más interesante.
¿Qué pasó con las innovaciones?
La animación es buena, en todo caso —eso es lo único que no ha cambiado desde la película anteriores (o las dos películas anteriores). La animación es fluida, las batallas Pokémon lucen realmente bien —los poderes están bine representados, y son coloridos y atractivos—, y los elementos en 3D no distraen tanto como en las primeras entregas de la saga. Puede que la cinta no esté al nivel de una producción Hollywoodense —ni a nivel técnico ni a nivel narrativo—, pero al menos no se siente como un capítulo extendido de la serie de televisión. Algo es algo.
“Pokémon: Kyurem vs. El Espadachin Místico” es una decepción —no porque sea una película tediosa o aburrida, si no más bien porque sufre en comparación a sus dos predecesoras. La trama es previsible, el diálogo es plano, los personajes están mal desarrollados, y el tener a cinco monstruos que hablan perfectamente con los humanos se siente… no sé, ¿mal? “Pokémon: Kyurem vs. El Espadachin Místico” es un regreso a lo que la franquicia estaba haciendo cinco o seis entregas atrás —habiendo visto varias películas superiores a esta, uno sabe que la saga es capaz de mucho más. Ojalá este sea más un obstáculo temporal que un regreso permanente a la mediocridad.