Si hay un subgénero dentro del género de los juegos de acción y los juegos de plataformas 2D que ha generado mucha atención últimamente (a pesar de existir desde las épocas del NES), es el género de los «Metroidvania»; un género que en realidad es difícil no encontrar interesante.
¿Qué es un Metroidvania? Todo empieza con Metroid en 1986, el cual se considera el juego que popularizo el género (aunque hay precursores). A diferencia de juegos de aventura en 2D clásicos, como Mario y Sonic, donde terminas un nivel, y pasas al otro, en los Metroidvania existe un solo mapa, un solo mundo, formando en realidad de un gran único nivel. Para acceder a todos los rincones del mapa tienes que obtener ítems o habilidades que te permitan acceder a puertas o surtir obstáculos que antes no podías y llegar a otras secciones del juego, elemento que el creador de Metroid, Gunpei Yokoi, admite haber extraído de The Legend of Zelda. Metroid fue así un juego único, adelantado en su época, donde realmente te sentidas “perdido en el espacio” en muchos momentos, pues incluso el mapa tiene zonas vacías. El subgénero de los «Metroidvania» había iniciado con buen pie.
Este estilo de juegos crecieron y el género se empezó a conocer simplemente como juegos “tipo Metroid”, siendo uno de los juegos que ampliaron el género una de las secuelas de Metroid; Super Metroid, que elevo la dificultad y sobre todo, amplio mucho la calidad de la historia. Otra serie de juegos considerados dentro del género es la serie Monster World/Wonder Boy de Sega, donde se agregan pueblos y algunos elementos RPG. Pero el género se empezó a llamar «Metroidvania» por un motivo, y ese motivo se llama Castlevania: Symphony of the Night. La serie Castlevania ya había empezó a experimentar con el concepto en Castlevania II: Simon’s Quest, pero nunca como lo hizo Koji Igarashi y su equipo en Symphony of the Night en 1997, que tomaba los mejores elementos de Metroid y Zelda en un juego casi perfecto en todo sentido: era un Castlevania con una gran historia, desarrollándose toda la aventura en un solo gran castillo, donde había que encontrar ítems, habilidades y transformaciones para explorarlo todo. A partir de ahí, títulos siguientes de la serie exploraron la misma idea, destacando las 2 trilogías disponibles para Game Boy Advance (Circle of the Moon, Harmony of Dissonance y Aria of Sorrow) y Nintendo DS (Dawn of Sorrow, Portrait of Ruin y Order of Ecclesia).
Así, el género se empezó a llamar Metroidvania, en honor a Metroid y Castlevania, y se ha popularizado mucho en los últimos años, gracias nuevamente a nuestros amigos los desarrolladores independientes que han resurgido y renovado el género al mismo tiempo; y gracias a ellos podemos ver muchos Metroidvania distintos en el mercado actualmente. Me vienen a la mente 3 juegos, los cuales realmente valen mucho la pena: Guacamelee!; del estudio canadiense Drinkbox Studios, que en el 2013 creo un excelente Metroidvania donde controlamos a un “luchador” en busca de su amada, con un enorme mundo y muchos lugares, habilidades y secretos que explorar; y VVVVVV del programador Terry Cavanagh, que por su título y gráficos se ve un poco extraño, pero es un Metroidvania fascinante, con una gran nave que descubrir y explorar: tendremos que guiar al Capitan Viridian a encontrar a su tripulación perdida, en un plataformas donde no podremos saltar, pero si cambiar la gravedad alrededor, aspecto que lo vuelve un Metroidvania lleno de reto y puzles que resolver. Pero si hablamos de Metroidvanias hay que hablar de Cave Story: lanzado completamente gratis en el 2004 por el japonés Daisuke “Pixel” Amaya, Cave Story es un Metroidvania muy completo y complejo, con una enigmática historia, memorables personajes y mucho reto, siendo uno de los títulos «Metroidvania» (e independientes en general) más recordados de los últimos años, con futuras adaptaciones después a otras plataformas.
Hay así muchos más Metroidvanias independientes en el mercado como Shadow Complex, You Have to Win the Game, Song of the Deep, Ori and the Blind Forest, Fez, la serie Shantae, la serie Oddworld y muchos más. Pero el término “Metroidvania” es todavía un término nuevo, y aun los fans y críticos no se deciden muy bien que es un Metroidvania y que no, aunque no lo crean. Yo personalmente creo que para que un juego sea Metroidvania no puede existir un “overworld map” o mapa externo, es decir, un mapa que aparece al terminar o salir de un nivel, y en el cual puedes acceder a otros niveles (como los juegos de Mario después de Super Mario World y Donkey Kong Country): eso ya no es un Metroidvania, aunque puedas regresar a los niveles anteriores con ítems nuevos a descubrir nuevos secretos. Por esa razón, juegos como Duck Tales, Demon’s Crest y Shovel Knight NO son para mí, Metroidvanias. También es cierto que pueden existir juegos no en 2D con concepto de Metroidvanias, como los juegos de la saga Metroid Prime, y para algunos, la serie Dark Souls.
Como sea, los Metroidvanias son juegos de los cuales es muy difícil no volverse seguidor, porque definitivamente, el concepto de descubrir todos los rincones de un gran solo mapa le ofrece al jugador un gran solo reto, por así decirlo, reto que le tomara muchas y muchas horas: pero al ya estar cerca de la meta, o al ya poder llegar cara a cara con jefe final, podremos ver el mapa casi completo, o nuestro menú lleno de nuestras nuevas habilidades e ítems, logrando un sentimiento de logro, de crecimiento, como muchos pocos géneros lo han logrado antes. El género Metroidvania también puede ser lo que necesitan algunas franquicias para resurgir o reinventarse, como lo hizo Castlevania hace casi 20 años: ¿se imaginan un Mega Man clásico estilo «Metroidvania» (aunque se intentó con Mega Man ZX, es verdad)? ¿O un Rayman? ¿O un Sonic? Por eso y muchos motivos, el género de los Metroidvania es un género que aún puede dar mucho de sí, y no hay duda de que ha llegado para quedarse. Y si nunca has jugado un Metroidvania, ¿qué esperas?