“Hay que proteger a los niños de las ‘influencias externas’”, fue una de las varias justificaciones esgrimidas por Sony, tras el anuncio de que PlayStation 4 no permitiría crossplay con la Xbox One. Además se ensayaron varias explicaciones técnicas. Hoy la polémica se reaviva, tras descubrir que el crossplay no solo es posible, sino que es sumamente sencillo.
Fortnite, un MOBA/shooter en tercera persona de Epic Games, permitió durante unas horas que jugadores de PlayStation 4 y Xbox One entraran a las mismas partidas. El hallazgo se reportó este fin de semana en redes como reddit. Usuarios habían colgado pantallazos en los que se veían gamertags de ambas consolas, además de PC.
Un padre de familia confirmó esta función, al grabarse a sí mismo y a su hijo jugar una misma partida. Uno estaba en una PlayStation 4, y el otro en una Xbox One. De esta manera, Fortnite se convertía en el primer juego de los últimos años en tener crossplay para todas las plataformas en las que se lanzaba.
“Crossplay fue un error”
Sin embargo, la alegría duró poco, ya que Epic Games deshabilitó el crossplay unas horas después. “Tuvimos un error de configuración que ha sido corregido”, afirmó un representante de la empresa a Kotaku.
Esto reavivó la controversia entre los partidarios y detractores del crossplay entre Xbox One y PlayStation 4. Desde hace unos meses, títulos como Minecraft y Rocket League fueron configurados para tener la capacidad de jugar entre diferentes plataformas: PC, Xbox One, Nintendo Switch, y hasta smartphones.
La gran ausente: PlayStation 4. Con sus más de 60 millones de usuarios, la apertura de esta plataforma al crossplay hubiera significado una nueva era para el gaming online a nivel mundial. Lástima que la protección de posiciones de mercado impida esto.