Bienvenidos a Jug-arte, columna que se publicara cada domingo en la que explicare el lado artístico de diversos videojuegos. Cada semana, visitare un juego distinto y explicare como sus distintos elementos (historia, emociones, control) se unen para llevarlo al estado de arte. Voy a pasar por juegos aclamados y por pequeñas joyas desconocidas, para aprender a valorar mejor las experiencias brillantes que hay en el medio.
Con toda la emoción relacionada a The Legend of Zelda: Breath of the Wild, me pareció un buen momento para revisitar uno de los pocos juegos de Zelda que logra su objetivo de forma exitosa. Cubierto de colores, un estilo visual que nunca envejece, y con la mejor historia principal presentada en un juego de Zelda, bienvenidos a The Legend of Zelda: The Wind Waker, juego que logra sentirse como una épica moderna.
El héroe del viento: ¿Quién es y que lo motiva?
El protagonista Link tiene una vida sencilla, vive en una isla del gran océano con su abuela y su hermana Arryl. Los primeros tutoriales sirven no solo para que el jugador se familiarice al control del protagonista, pero también sirven para establecer que Link siente cariño por Arryl y su abuela. Tras esto, una persona cae del cielo en el fondo de la isla y Link va a ayudarla, pero cuando regresa a la parte principal de la isla ve como un pájaro secuestra a su hermana.
Inmediatamente después de que el pájaro se lleva a su hermana, Link viaja a su rescate. Al llegar a la fortaleza en la que Arryl está encerrada, este logra verla de nuevo, pero antes de rescatarla el pájaro atrapa a Link y lo lanza al océano. Y ahí es donde la historia realmente comienza.
Aquí es cuando el jugador se da cuenta de que no podrá salvar a su hermana hasta ser lo suficientemente fuerte para regresar y vencer al pájaro. La forma en la que Wind Waker amarra el crecimiento de Link con su objetivo es brillante. Cada vez que el jugador consigue un nuevo objeto o completa un calabozo es probable que piense «un paso más cerca de salvar a Arryl».
La motivación solida se ve ayudada por el hecho de que Link tiene una personalidad muy carismática. El estilo grafico de Wind Waker permite que su rostro tenga mucha expresividad y constantes reacciones.
Este Link es tonto y flojo, pero siente mucho cariño por su familia y no tiene problema en ayudar a las personas. Cada vez que la cámara se enfoca en Link, sus expresiones cambian y son muy llamativas. Así el jugador le agarra cariño a su existencia y su aventura.
Estilo gráfico y mundo: La magia del gran océano
Se mencionó brevemente que el estilo gráfico de Wind Waker ayuda a darle personalidad a Link, pero esto aplica para todo personaje y ubicación. El estilo gráfico de este juego está basado en caricaturas y dibujos animados, a diferencia de los estilos realistas de los juegos anteriores. La presentación de Wind Waker es uno de sus mejores elementos, los diseños de los personajes son llamativos y memorables, y las distintas ubicaciones son completamente diferentes una de la otra.
Desde las islas de fuego y hielo que esconden tesoros entre sus paredes naranjas y heladas, a las islas como Outset y Windfall, que respiran vida con sus colores tropicales y sus pequeñas casas. Hasta pueden utilizarse colores oscuros para crear un lugar tétrico y misterioso como el barco fantasma.
Todo el mundo está conectado por una ubicación gigante y espectacular, este es el gran océano. Cubierto de azul con líneas delgadas blanca, el océano es todo lo que Link tiene para explorar, y este esconde todo tipo de aventuras emocionantes. Se podría encontrar una pequeña isla con una cueva secreta, o un pulpo gigante que quiera destruir el barco. La exploración de un mundo desconocido no sería interesante si no fuera por lo vivo que se siente el océano, y el gran océano es una de las ubicaciones más completas en cualquier juego.
Gráficos, mundo, motivación… ¿dónde inicia el juego?
Hasta ahora, poco de lo descrito realmente explica que hace a Wind Waker épico como juego. Tiene buena historia, un mundo creíble y un estilo gráfico atractivo, pero ¿dónde está lo épico? Todos los puntos mencionados son la base del juego, el mundo, la historia y el estilo son los que permiten que el combate, la exploración y los calabozos realmente destaquen.
El combate es completo de una forma en la que pocos juegos de Zelda lo son, se puede hacer contraataques cuando un monstruo ataca, se pueden agarrar tiradas en el piso, y hay una variedad de herramientas con las cuales experimentar. Así que se puede combinar flechas de fuego, con boomerangs, y hacer contraataques cuando los enemigos se acerquen demasiado. Además, cada golpe tiene un efecto de sonido satisfactorio y los efectos hacen que se sienta la conexión entre golpe y golpe.
La emoción de explorar surge debido a la satisfacción de hacer a Link más fuerte, la diferencia se siente con cada corazón de vida o barra de magia adicional. El jugador se vuelve más fuerte al recorrer el océano buscando tesoros y expandiendo sus conocimientos sobre el mapa. La exploración familiariza al jugador con el mundo, y crea una conexión con las diversas islas que este recorre.
Por último, están los calabozos, estos combinan el estilo gráfico y la historia para templos interesantes. Explorarlos requiere de prestar atención y de experimentar ideas hasta que alguna funcione. Un templo como el templo de la tierra da a entender que su guardián fue asesinado en ese mismo lugar, la música es tétrica, y los colores son oscuros. Aquí se puede ver como los tres elementos mencionados anteriormente le dan atmósfera a un templo que, sin ellos, sería solamente un lugar al que Link va para resolver varios acertijos.
Una aventura épica y llena de color
Para resumir, creo que la palabra «épica» puede ser utilizada para referirse a Wind Waker por una variedad de razones. Por los calabozos que ponen a prueba las habilidades de cada jugador, por el combate satisfactorio y variado que en momentos se siente como una danza, por el goce de la exploración y de conocer un mundo lleno de misterios y color, por tener un protagonista heroico y carismático, motivado por una razón entendible, y por tener un estilo gráfico que permite que todo lo mencionado suceda de forma satisfactoria.
El propósito de este artículo no es ir a fondo a los problemas de Wind Waker, porque sin dudas no es un juego perfecto. La música no es particularmente fuerte, la exploración empieza a ser un poco tediosa hacia el final, y los calabozos son los más débiles de cualquier juego de Zelda en 3D. Sin embargo, esos problemas no niegan el hecho de que Wind Waker es, y siempre será, arte.