Venezuela anunció este domingo que lanzará su propia criptomoneda, llamada “Petro”, según anunció su presidente, Nicolás Maduro. Esta divisa tendrá como finalidad la realización de transacciones financieras, así como avanzar en materia de “soberanía monetaria”, y vencer el “bloqueo financiero”. Y la primera emisión estará respaldada en reservas de materias primas venezolanas como el petróleo, reservas de oro y diamantes.

Esta decisión podría ser interpretada como un esfuerzo para buscar capitalización, aprovechando el auge de las criptomonedas a nivel mundial, como el Bitcoin que ya vale más de 10 mil dólares. Sin embargo, no es común ver que un Estado anuncie la creación y el uso de una criptomoneda. De hecho, es la primera vez que se da un paso tan decisivo en la historia. Países como Estonia, Japón o Suecia todavía están haciendo estudios para comprobar si es posible integrarlas en sus economías. ¿Qué tan bien funcionará el “Petro”?

¿Criptomonedas y gobiernos son compatibles?

 

Se podría argumentar que las criptomonedas han surgido precisamente porque no están vinculadas a ningún gobierno o a ningún banco central. Aunque mucho se puede debatir sobre el valor real de divisas como el Ethereum (cuyo valor inicial se logró mediante crowdfunding), o el Bitcoin, con su enorme volatilidad, el público está confiando cada vez más en estas criptomonedas.

En cambio, el valor del bolívar, la moneda de Venezuela, está cayendo en picado. El dólar paralelo en Venezuela ya vale más que 100 mil bolívares. Es casi 10 veces el valor de fines de julio, cuando hasta una moneda de oro de World of Warcraft valía más que la divisa venezolana. Entonces, entre otros factores, se puede decir que el público está otorgando más valor a las criptomonedas que al bolívar.

Además está el tema de la seguridad y privacidad. El Bitcoin y las otras divisas virtuales han sido y siguen siendo empleado muchas veces para operaciones que rozan con la ilegalidad o que son directamente ilegales, como extorsiones.

Pero también se han empleado como un método de intercambio seguro y directo entre individuos de países distantes, sin necesidad de pagar comisiones o intermediarios en los sistemas bancarios. ¿Por qué este tipo de público confiaría en una moneda emitida por un gobierno que no es plenamente democrático, y que además tiene una economía física cada vez más endeble?

 

Venezuela ya conoce las criptomonedas

Ahora, es posible que luego de lanzarse el Petro, su valor aumente por medio del minado. Venezuela tiene dos grandes ventajas que podrían convertir a esta nueva divisa digital en una de las más exitosas.

La primera es que los venezolanos ya utilizan las criptomonedas, y su país es uno de los que concentra mayor cantidad de “mineros”. Los habitantes del país buscan precisamente un respaldo frente al bolívar, aunque las divisas extranjeras son muy caras de conseguir, por lo que tratan de generar valor por medios “poco convencionales”, como el Bitcoin.

Como segunda ventaja, en Venezuela la energía sigue estando subsidiada por el Gobierno, y la electricidad es bastante económica. Esto ha ayudado a los “mineros” venezolanos, y podría aumentar el valor del Petro si es que el público encuentra una manera de integrarla a la economía real.

En diversas partes del mundo ya existen “cajeros automáticos” que permiten comprar y vender bitcoins, es decir, intercambiarlos por dinero en efectivo. Y por supuesto, también es posible pagar directamente con bitcoins mediante comercio electrónico en varios sitios web. Venezuela bien podría convertirse en el primer país del mundo cuyo gobierno fomente el uso de criptomonedas para compra de productos de uso diario.

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Criptomoneda no sería la cura para Venezuela

Pero esto por sí solo no resolvería los problemas económicos de Venezuela. Por ejemplo, para que se resuelva el tema del desabastecimiento de productos mediante el Petro, este tendría que ser convertible a dólar, de manera que los importadores de productos como alimentos, medicinas y víveres puedan abastecerse en el extranjero.

Pero si el gobierno de Venezuela ya tiene fuertes controles cambiarios con el bolívar y el dólar real, ¿qué hace pensar que permitirá el libre intercambio dólar – Petro? Los ciudadanos podrían quedarse con billeteras virtuales llenas de petros con un alto valor teórico, pero que no pueden cambiar por comida, ropa o productos porque estos siguen sin llegar a las tiendas.

Además, para poder incluir a los ciudadanos en esta nueva forma de economía digital, Venezuela tendría que hacer una fuerte inversión en tecnología e infraestructura. A fines del año pasado, el país llanero tenía una de las velocidades de acceso a Internet más bajas de Sudamérica, con poco más de 2 megabits por segundo. Y su penetración de Internet estaba en 62% según cifras oficiales, pero otros estudios afirmaban que realmente llegaba a solo 55%. Tomaría años cerrar la brecha digital, además de mucho capital, que actualmente no abunda en ese país.

De todos modos, quedan muchas interrogantes por resolver. Falta conocer más detalles sobre el Petro, como proceso de implementación, valor inicial, integración con la economía nacional, etc. Pero parafraseando el refrán, a problemas desesperados, medidas innovadoras. El experimento del Petro será sumamente interesante para estudiar en los próximos años, y dejará muchas lecciones a los fans de las criptomonedas y a los gobiernos.