Nada como sorprenderse gratamente con una película, sin importar a qué género o franquicia pertenezca. Considerando lo decepcionante que terminó siendo la primera película animada de “Dead Space”, honestamente no esperaba mucho de la secuela (o al menos de la segunda adaptación; no están demasiado relacionadas), “Dead Space: Aftermath”. Después de todo, la primera cinta aprovechaba muy poco el lore de los juegos, entregándonos una aventura que, desgraciadamente, se concentraba más en la acción y en la sangre que en el verdadero terror. Una trama demasiado básica, y una alucinante falta de atmósfera fueron las principales características negativas que mataron a esa película.
Me sorprendí mucho, entonces, cuando “Dead Space: Aftermath” terminó siendo mucho mejor de lo que esperaba. Esta segunda adaptación —o spin-off— corrige la mayoría de los errores cometidos por su predecesora: esta película sí da miedo, sí logra desarrollar una atmósfera palpable de terror, y sí logra contar una historia (o varias) interesante y perturbadora, que contribuye a la historia de los juegos, y que no se siente como algo innecesario o gratuito. “Dead Space: Aftermath” es una mejora considerable en relación a su predecesora, y una película animada para adultos genuinamente entretenida, la cual nunca lo deja a uno avergonzado de hacer perdido su tiempo.
Un poco de contexto ayuda. En pocas palabras, “Dead Space: Aftermath” expande los eventos que se vieron en el segundo juego de la franquicia, y comienza más o menos donde terminó la primera entrega. No diría que es absolutamente necesario saberlo todo sobre los juegos para poder disfrutar de “Dead Space: Aftermath”, pero ciertamente ayuda. Es una cinta para fans, para los amantes del horror y la sangre también podrán disfrutarla.
Otro tipo de narrativa
El filme nos cuenta la historia de cuatro sobrevivientes de la tripulación de la USG O’Bannon, quienes aterrizan en Aegis VII. La mitad del equipo está ahí para estabilizar al planeta, y la otra para recolectar fragmentos de Marker, el cual hace que la gente (y los monstruos) se vuelva loca. Como que tratar de encontrar estos fragmentos no es una buena idea…
En todo caso, lo interesante de “Dead Space: Aftermath”, y lo que diferencia a esta película de la anterior, y lo que hace que sea superior, está en la manera en que desarrolla la trama. El filme no se desarrolla de forma cronológica; lo que hace, más bien, es mostrándonos a los sobrevivientes junto cuando son rescatados, y obligarlos a contar sus experiencias, para que los demás se vayan enterando de lo que sucedió. Es una gran manera de aumentar la tensión, ya que vemos varios eventos de diferentes perspectivas, con algunos personajes ocultando ciertas verdades, y otros completando lo que los demás han contado. Es bien “Rashomon”, y funciona en un filme que lo que está tratando de hacer es, principalmente, perturbar a su público.
El guión, entonces, con sus mini historias interconectadas y distintas experiencias por protagonista, es infinitamente superior al de “Dead Space: Downfall”. Pero donde este filme también supera a su antecesor, este en la atmósfera. La construcción de la historia ayuda a que el suspenso vaya creciendo exponencialmente, de eso no hay duda, pero a diferencia de la primera cinta, “Dead Space: Aftermath” se concentra más en la tensión, en el verdadero horror. Sí, hay gore por doquier, pero esta no es una película de acción. Aquí lo que tenemos son personajes que tienen que huir, que no saben cómo defenderse, y que son acechados poco a poco por horribles criaturas sin que puedan hacer mucho al respecto. “Dead Space: Downfall” trató de ser como “Aliens”, de James Cameron, y fracasó terriblemente. “Dead Space: Aftermath” es más como “Alien”, de Ridley Scott, con una mezcla de “Rashomon”, y termina siendo mucho más redonda.
¡Esto es otra cosa!
Ayuda, también, el que cada historia sea contada con un estilo de animación diferente. Esto le da variedad a la película, sí, pero también ayuda a enfatizar que estamos viendo diferentes perspectivas, pertenecientes a diferentes personajes. La parte de la interrogación a los sobrevivientes es contada a través de un estilo de animación frío, pulcro, mientras que las demás historias son contadas con un estilo menos realista, lo cual hace que se sienta más subjetivas en comparación a la otra. Se trata de un recurso bastante inteligente, el cual, creo yo, ayuda al desarrollo de la narrativa, y a que “Dead Space: Aftermath” se sienta relativamente original.
“Dead Space: Aftermath” funciona mucho mejor que su predecesora porque es mucho más sencilla. No agobia al espectador con detalles innecesarios, y no lo ahoga a uno con plot points explícitamente explicados cada diez segundos. La película no es más que una terrorífica historia de supervivencia, en la que vemos la explicación del mismo evento de varias perspectivas, y punto. Sí, ayuda el saber algo sobre los juegos, pero si uno piensa verla sin haber jugado los mismos, tampoco debería tener demasiados problemas. Si NO disfrutaron de “Downfall”, como yo, les recomiendo que le den una oportunidad a “Dead Space: Aftermath”; es otra cosa.