Si hay una razón básica por la que ciertas películas de terror —especialmente las de monstruos— funcionan, es que porque se basan en el misterio de la situación para desarrollar una palpable sensación de desesperación y tensión. Consideren lo poco que vemos a la criatura central de “Tiburón”. O lo poco que sabemos del monstruo principal de “Alien: el octavo pasajero” (sí, sí, sé que las infinitas precuelas y secuelas arruinaron esto). Estas son obras maestras que demuestran que más es menos, que una criatura horripilante da más miedo si la descubrimos poco a poco, si sabemos poco sobre ella de antemano, y si no se devela mucho. El miedo a lo desconocido es muy básico en el ser humano, y por ende puede ser bien aprovechado en el cine.
Es por todo esto que “Dead Space: Downfall” termina siendo una decepción; porque hace lo opuesto a las películas anteriormente mencionadas. Y es una verdadera pena, porque, aunque el lore de los juegos es bastante complejo, y aunque la trama se va haciendo más explícita con cada entrega de la saga, en general, los títulos han sabido manejar el suspenso y el misterio (bueno, al menos los primeros dos), revelando, poco a poco, los secretos de la narrativa tanto al jugador como al personaje principal, sin mostrar demasiado de manera innecesaria. Si los dos primeros juegos hicieron esto tan bien, ¿por qué le costó tanto hacer lo mismo a la primera película basada en los mismos?
De hecho, son los primeros diez minutos los que están más llenos de detalles de la trama. Se trata de una secuencia de vómito narrativo totalmente innecesaria, la cual nos muestra al artefacto misterioso en un planeta alienígena, al culto religioso compuesto por gente demente, a la colonia minera, al científico loco que está tratando de descubrir el misterio de dicho artefacto, y por supuesto, a los monstruos sedientos de sangre humana (llamados necromorfos). Es demasiado en poco tiempo, y termina por arruinar la experiencia (al menos no del todo, felizmente) desde un principio, porque cualquier misterio que podría haber desarrollado paulatinamente es arrojado por la ventana.
Al menos tiene su gore
Esto convierte, entonces, a “Dead Space: Downfall” en una película más centrada en la acción y en la sangre, que en el verdadero terror. O en otras palabras, se siente más parecido al tercer juego, que a los dos primeros. No me tomen a mal; la acción está decentemente ejecutada, y un par de momentos son increíblemente tensos, pero considerando lo ridículamente escalofriantes que son los dos primeros juegos de “Dead Space”, no pude evitar sentir que esta película pudo haber sido algo más que una simple aventura sangrienta y llena de muerte. Pudo haber desarrollado una palpable atmósfera de horror; pudo haberse asemejado a algo como un “Alien” animado (¡imagínense eso!) Desgraciadamente, ese no fue el caso.
Los animadores, al menos, se esforzaron por mostrar bien las escenas de muerte, lo cual resulta en un producto final lleno de gore. Vemos a gente siendo despedazada y cortada en dos, y vemos mandíbulas rotas, y monstruos asquerosos, similares los de la película clásica ochentera “La cosa de otro mundo”. No es nada original, definitivamente, pero estos elementos al menos hacen que la experiencia de ver “Dead Space: Downfall” no sea demasiado aburrida. El problema es que, claramente, tanto los guionistas como el director, se enfocaron más en desarrollar lo asqueroso que lo verdaderamente escalofriante.
El diálogo definitivamente no ayuda. Ahora bien, no estoy esperando frases memorables o reflexiones filosóficas de parte de una adaptación animada de una serie de juegos de terror, pero definitivamente me fastidió el hecho de que la mayoría de personajes hablen en clichés, no como uno lo haría en una situación similar, si no más bine reaccionando de la manera más idiota posible, como para que uno quiera que se mueran inmediatamente. Las actuaciones de voz, por su parte, no son nada del otro mundo; no son insufribles, pero tampoco aportan mucho para darle personalidad a los protagonistas del filme.
Pudo haber sido mucho mejor
“Dead Space: Downfall” es una cinta decepcionante, pero en comparación a otras producciones basadas en videojuegos, tampoco se trata de una experiencia terrible. La animación es de buena calidad; los personajes se mueven fluidamente, y los fondos están llenos de detalles. Además, las escenas de gore más explícito están ejecutadas de manera creativa, por lo que, a pesar de que “Dead Space: Downfall” no es una película particularmente terrorífica, al menos logra entretener a su público con escenas gratuitamente sangrientas. Es una pena; una película de “Dead Space” tenía el potencial de ser realmente escalofriante, pero ese no es el caso de “Dead Space: Downfall”. Este filme se parece más a las películas de “Resident Evil” de Paul W.S. Anderson (¡acción, acción, acción!) que a un “Alien” o un “Event Horizon” de la animación.