Starfield

Las primeras críticas de Starfield se publicaron oficialmente en distintos medios de videojuegos, tanto por escrito como en videos, desatando una gran cantidad de comentarios respecto a lo que se puede esperar de lo nuevo de Bethesda. Sin embargo, ha sido el análisis de un periodista de Meristation que desató un innecesario cargamontón en redes sociales, concretamente en Twitter.

Resulta que, Alejandro Castillo, la persona a cargo de la reseña, le dio un puntaje de 5.8 mencionando entre sus puntos negativos que el concepto del juego no ha estado a la altura, así como sus limitantes opciones de exploración. Eso sí, rescata los momentos de acción y personalización de la nave.

La exposición de su análisis en internet y la nota que colocó fue justificación para cierto sector de individuos, algunos amparados en el anonimato, en no solamente arremeter contra la reseña, sino ir directamente a la cuenta personal del periodista para insultarlo con todos los calificativos denigrantes posibles.

En su cuenta, Castillo dejó un mensaje respecto a lo sucedido: «Amenazas, insultos. “Vamos a por ti”. “Te vamos a despellejar”. El reflejo de la sociedad sin filtros, sin educación, la del altavoz que no tiene consecuencias. Hoy soy yo la víctima de la cacería. Ayer fue un compañero. Mañana será otro. ¿Cuándo va a reinar el sentido común?«.

https://twitter.com/kr3at0r/status/1697331790946402760

Los mensajes de solidaridad han llegado, pero no faltarán los que siguen insistiendo y justificando que amenazar a alguien es lo correcto por no estar de acuerdo con haberle dado un puntaje bajo a su «juego favorito/más esperado del año«.

Es evidente que un videojuego tan esperado como Starfield puede desatar todo tipo de pasiones, pero nada, absolutamente NADA, es una justificación para irse en contra de una persona por únicamente tener una opinión completamente distinta a la tuya. Lamentablemente hay gente que sentido común lo ha perdido, y las redes sociales también se han convertido en la trinchera favorito de muchos para sentirse valientes.