Intel enfrenta problemas por todos los frentes. Ahora ya no solo tiene que lidiar con la dificultad de llegar a los 10 nm sino que tiene problemas para fabricar sus placas de 14 nm, debido a la falta de silicio.
Dicha situación ha llevado a la empresa tecnológica a tomar una drástica decisión, y ha tenido que suspender la fabricación de sus chipsets H310, que son de gama de entrada, para garantizar el suministro para los chipsets de rangos superiores. Este chipset, junto a los H370 y B360, acaban de salir hace menos de un mes, lo que implica un tiempo muy corto de vida, pero no es permanente. Intel ha comunicado a las empresas que la producción será retomada en julio de este año, una espera de dos meses para aquellos que quieren armar un PC gamer barata.
Pero eso no es todo, como recordarán Intel ya venía sufriendo de muchas trabas en la producción de sus procesadores de 10 nm y eso ha venido retrasando su lanzamiento varias veces, y ahora se espera que salgan recién en 2019. Aquí el problema no solo es la escasez de los materiales, también lo es el proceso de manufacturación: necesitan mejorar el porcentaje de obleas que no salen defectuosas en este proceso.
Y si eso no fuera todo, los problemas para Intel no vienen solo desde adentro, afuera la competencia está más viva que nunca, ya que AMD ya ha logrado concluir el proceso de fabricación en 7 nm que sería la base para la microarquitectura AMD Ryzen Zen 2.