Más que cualquier juego en esta generación, Minecraft representa un mundo de posibilidades y cada una de ellas es mágica
}Vivimos en una época en la que muchos títulos se venden con la idea de que en ellos «puedes hacer lo que quieras», pero es difícil uno que encaje tan bien esta descripción como Minecraft. En este espacio, las posibilidades no tienen límites. Cada persona podrá encontrar un diferente aspecto que disfrutar de este título, sea la construcción, la lucha, los mods o la exploración de un mundo casi infinito.
Es difícil reducir a 300 palabras todo lo que se puede hacer dentro de Minecraft. Su modo supervivencia coloca al jugador en un mundo generado automáticamente y le permite hacer lo que este quiera. Así de abiertas están las puertas. Utilizando las habilidades de construcción y destrucción, este usuario puede luchar con enemigos, explorar el mundo y buscar minerales en las cuevas subterráneas. Ponerlo en palabras no es fácil, pero el estilo artístico, la música minimalista y el silencio que hay en muchos momentos relamente construyen una atmósfera hermosa.
Es esta atmósfera la que puede meter al jugador en sus mundos y sus aventuras. Esto puede sonar extraño para aquell@s que nunca le han encontrado el gusto a Minecraft, pero su mundo hace un excelente trabajo de sentirse real. Los primeros momentos en los que estás minando y encuentras un mounstro o escuchas los sonidos de un zombie son inolvidables. Entrar al inferno por primera vez, encontrar diamantes, terminar una construcción después de mucho esfuerzo…la conexión que se construye (ja) entre el jugador y su planeta es fascinante.
¡Y todo eso es sin contar la cantidad de mods, opciones de multijugador y el modo creativo!
La calidad de sus elementos y la sensación de comunidad que Minecraft ha logrado construir, son evidencia de que es uno de los mejores juegos de la década.