Las computadoras actuales son cada vez más potentes, aguantan mejores gráficos, pueden ejecutar numerosos programas en simultáneo, etc. Las grandes compañías de hardware, como Intel o AMD, sacan cada vez más seguido nuevas líneas de ordenadores y equipos (procesadores, tarjetas, pcs, etc) con mejores componentes para satisfacer las necesidades del mercado.
Más núcleos para más rendimiento
Un aspecto que ha destacado en los procesadores de última generación es la cada vez mayor cantidad de núcleos e hilos con los que estos cuentan. Ese es el aspecto que más se suele resaltar, hoy en día, siempre que se presenta un nuevo procesador. Pero ¿núcleos por si solos garantizar que un procesador sea mejor que otro?
Lo primero para responder esta pregunta es entender lo que es un núcleo. Estos se encuentran dentro del procesador y básicamente son la unidad de procesamiento que lee las instrucciones y ejecuta las acciones específicas. En síntesis toda acción que realiza el computador es procesado por el procesador y los núcleos, ya sea abrir un videojuego, guardar un documento o realizar una descarga.
El núcleo no basta por sí solo
Sin embargo, esta función “multitareas” no necesariamente garantiza que el equipo las vaya a realizar con mayor eficacia. Hay muchos otros factores que también influyen en esto. Por ejemplo, estarían el caché, la memoria RAM, la tarjeta gráfica o las frecuencias (sean normal o Turbo), entre otros.
Los núcleos necesitan de las frecuencias para poder ejecutar las tareas en un plazo de milisegundos entre una y otra. A mayor frecuencia es más rápido el procesador. Además, mientras más tareas haya por realizar, el núcleo las ejecutará a un menor ritmo.
Respecto a la memoria RAM, esta es como una ventanilla donde dejamos las ordenes a la Administración y esta las ejecuta en su orden. Por ende mientras mayor sea la memoria RAM, habrá mayor fluidez de órdenes hacia el procesador y más velocidad de funcionamiento de este.
En síntesis, los núcleos y la frecuencia son elementos totalmente independientes el uno del otro. Por lo tanto, no porque un equipo cuente con múltiples núcleos significa que su rendimiento o sus frecuencias serán superiores. No obstante, lo que sí permite un mayor número de núcleos es poder realizar en simultáneo un mayor número de tareas con mayor rapidez.
Adaptándose al mercado
Precisamente eso es lo que, a día de hoy, buscan los usuarios de PCs en el mercado. Ya sea por motivaciones laborales, académicas o de mero entretenimiento, requieren un equipo en el que se puedan realizar numerosas tareas en simultáneo. Esto a un ritmo que no afecte el rendimiento del ordenador.
Esto ha hecho que, a día de hoy, las compañías de hardware enfatizan cada vez más en los núcleos de sus procesadores. No es casualidad que, en estos último días, hayamos visto el anuncio de una Core i9 con 12 núcleos o que las Ryzen 9 1998 y 1998X de AMD contarán con hasta 16 núcleos. Pero si estos equipos rinden (o van a rendir) lo que se espera de ellos no será solo por sus núcleos, sino por todos y cada uno de sus componentes.