En solo algunas horas, Inside logra comunicar la atmósfera de un mundo deprimente y el rol de sus propios individuos

Con Limbo, Playdead Games hizo un juego sencillo y llamativo, criticado a veces por ser demasiado abstracto y poco específico. En este sentido, Inside fue un paso más adelante con la abstracción necesaria y con la interpretación de su narrativa. Desde el primer minuto del juego hasta su dramático final, no hay una sola línea de diálogo o una conversación. Todo lo que se sabe de su mundo, todo lo que se puede leer, va a depender de cada uno. El objetivo del jugador es solo seguir avanzando y resolver puzzles en el camino. ¿Cuál es el objetivo? Eso solo se sabrá en los últimos minutos.

Inside

Lo fascinante de Inside es como refleja una sociedad distópica. Hay muchos elementos que están construidos para dar la apariencia de estar en un mundo abandonado y cuyas explicaciones nunca son explícitas. Los colores son apagados y el jugador se va dando cuenta de diferentes hechos por medio de persecuciones. El personaje principal es perseguido por perros y personas mientras escapa por carreteras y bosques. La existencia de máquinas para controlar a otras personas (o lo que parecen ser otras personas) es también llamativo.

Cuando se avanza más, el jugador comienza a tener que imitar a otras personas sin voluntad, mientras otros observan. En muchos momentos, el jugador debe controlar a varios personajes para poder apoyarse a si mismo. La cantidad de personas que este controla va aumentando con el paso del tiempo, todo esto mientras explora una extraña fábrica. Es díficil explicar lo que hace a Inside tan interesante sin entrar a spoilers, pero es una breve experiencia que se saber mantener llamativa en todo momento. Incluyendo un final inesperado e impactante.

Inside

Por su mundo misterioso y su fascinante desenlace, Inside es uno de los mejores juegos de la década.