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No es novedad que en nuestro país, y muchos otros, la prensa amarillista tome un caso relacionado con los videojuegos y lo transforme en una nueva cruzada de prensa que crea un círculo vicioso que dura un par de semanas.

Primero se descubre el caso relacionado, segundo se indaga de los vicios de este joven y por último se llama a cualquiera que tenga un título de «experto» para hablar sobre “el vicio” y como el jugar “play” puede causar trastornos y diferentes conductas que pueden llevarte a matar.

Si, literalmente es lo que dicen (que jugar videojuegos te hace un asesino, un inútil, un incapaz, retraído y socialmente alejado). Entonces me pregunto, ¿por qué EEUU no ha colapsado en sí misma?, ya que en USA el 63% de hogares tiene por lo menos una persona que juega como mínimo 3 horas a la semana.

Obviamente, me refiero al caso que ha pasado por casi todos los periódicos y medios de comunicación: sobre el “dotero” que asesinó a una mujer que se defendió de ser violada. Yo creo que no hay que ser genio para darse cuenta que el problema de este joven va más allá de que sea un “vicioso” al Dota 2 o la PlayStation. No soy psicólogo para averiguar o decir de donde viene el problema, pero para mí es obvio que no es debido a los videojuegos. Es como decir que salir a la pichanga del jueves con tus patas aumenta la violencia familiar, o que ir a misa un domingo te hace más santo. Son acciones, costumbres, hobbies que nada tienen que ver una con la otra.

 

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También nos preguntamos aquí en MásGamers por qué el caso se vendió como “dotero mata a”, siendo que este joven no solo era “dotero”. También era estudiante de ingeniería de sistemas de la UPC. Claro, pero con una “institución” no pueden chocar, o con el miembro de algún movimiento católico y, como no hay quien defienda a los videojuegos, pues vamos contra ellos.

Al margen de seguirme lamentando cada vez que salen este tipo de noticias, ahora quiero plantear algo: tenemos que dar soluciones. Comencemos por nosotros mismos, muchos en Perú y Latinoamérica somos jugadores pasivos, no somos mucho de compartir que nos apasionan los videojuegos. Lleguen a su trabajo con una polera de su juego favorito, hablen sobre esa gran jugada que nadie entenderá. Qué en tu centro de estudios, en tu trabajo te etiqueten como gamer y tápales la boca destacando por todo lo bueno que haces. Yo lo vengo predicando desde hace más de 10 años que tengo de vida laboral y todos me conocían por ser el chino vicioso, que no solo jugaba videojuegos, también el que hacia bien su chamba.

Tengo dos años dedicándome exclusivamente a los videojuegos, con eso mantengo a mi familia y obtengo éxitos y satisfacciones a nivel personal y profesional. No soy el único que conozco que vive así. ¿Me van a venir con el cuento de que los videojuegos son el mal encarnado?