No digo que esté mal ni tengan mal gusto aquellos quienes aman Digimon Adventure 1 y 2, historia que tuvo una secuela que sin pena ni gloria terminó hace poco. Tampoco que Pokémon no sea una serie digna de mencionar en determinados momentos por el boom que fue desde finales de los 90’s hasta hoy. Pero si me diesen a elegir de entre las dos sagas de monstruos de bolsillo y tuviese que escoger una temporada en específico, a ojos cerrados elegiría Digimon Tamers, la erróneamente llamada por esta parte del mundo como Digimon 3.
Probablemente para los fans de toda la vida y que hayan visto todas las temporadas de Digimon no sea necesaria tanta explicación, pero hoy trataré de dar 3 razones (sin spoilers) para que quienes no hayan tenido de dedicarle un tiempo a Tamers, puedan aprovechar el fin de semana y hacerlo.
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Es el anime supuestamente infantil, menos infantil que haya visto.
Las primeras quejas contra Digimon, allá por 1999 cuando se emitía por primera vez, era que era una copia burda de Pokémon (que se empezó a emitir en 1997). Si bien es cierto que quien viera más de 5 capítulos de Digimon Adventure se daría cuenta de que las similitudes son menos de las que puedas contar con una mano, las críticas siguieron llegando de parte del fandom. Después de todo, ambas series eran todavía algo «infantiles».
La influencia Lovecraftiana de Konaka se evidencia en la trama con los momentos de desapego y pérdida de cordura de los personajes además de las referencias particulares a la literatura de dicho autor
No es sino hasta el 2001 con la salida al aire de Tamers, que Toei marca un abismo de diferencia no sólo con Pokémon sino con las dos primeras temporadas de su franquicia. Chiaki J. Konaka, encargado del guión, desarrolla una trama que pretende lavarle un poco la cara a la imagen dulce y «linda» que teníamos de los digimon de las primeras temporadas y tratar de darle la original del juego de cartas. Todo esto para hacer honor a la naturaleza de monstruos digitales a los digimon, que para sobrevivir, seguir creciendo y hacerse más fuertes deben eliminar a otros, en vista que no poseen moral. La idea de esto es que, junto a sus camaradas humanos, aprendan a controlar sus poderes y hacerse más civilizados con el transcurrir del tiempo, dándole así una oportunidad a los personajes de mostrar una verdadera evolución (que incluye lo que esta palabra significa para la propia serie) conforme avance la trama.
Muerte, negación y venganza son temas que aborda Tamers en determinados momentos, camuflados quizá sólo por la ausencia de sangre, propio de la influencia lovecraftiana de Nonaka.
A los 13 años, edad en la que vi Digimon Tamers, varias veces me pregunté cómo lo entenderían los niños menores que la vieran y si entenderían. Hoy para muchos eso sigue siendo un misterio cómo es que, por lo menos, no la clasificaron para mayores de 12.
2. Un diseño de personajes que, para ser Digimon, sorprende.
La serie empieza con marcadas diferencias motivacionales entre los personajes. Una que sólo busca hacerse más fuerte (curiosamente el «rudo y fuerte» en esta ocasión es un personaje femenino), otro el optimista que busca hacerse amigo (aún siendo algo llorón), y finalmente el pacifista centrado que lucha sólo como último recurso.
De los tres protagonistas, quizá la más destacada es Rika (Ruki en la versión japonesa) quien no parece quedarse relegada como otros personajes femeninos vistos en las temporadas anteriores e incluso en las posteriores. Incluso al principio es claramente más fuerte y con más sangre fría que sus compañeros, producto de un complejo de autosuficiencia poco común en este tipo de series. Y no por ello deshumanizada, como se puede ver en capítulos posteriores.
Para darle variedad al asunto, una protagonista femenina badass
Por el lado de Takato, si bien es el típico llorón insoportable al principio, con el transcurrir de los episodios experimenta un crecimiento interesante, llegando a convertirse luego en el líder del grupo. No se nota presión de hacer que crezca apresuradamente (incluso algunos piensan que es algo lento) sino que diversos hechos en la trama van cambiando su forma de ver las cosas. Lo mismo con Henry y luego con otro personaje femenino además de Rika, que tiene uno de los backgrounds más oscuros de Tamers. Todos en algún momento, no se quedan como simple expectadores y participan realmente de las batallas, involucrándose cada vez más en ellas.
Pero por si esto no fuese suficiente, incluso los Digimon tienen caracterizaciones que van desde las más «kawaii» como las de Calumon y Terriermon, hasta las más «cool» como la de Beelzemon.
3. Cuenta con los mejores temas musicales de toda la franquicia
No. Personalmente no creo que Butterfly (intro de Digimon Adventure) sea el mejor de todos, pese a que hay cierto «feeling» con el tema y es universalmente mucho más conocido que cualquier otro. Pero el intro de Tamers, The Biggest Dreamer, interpretado también por el desaparecido Kōji Wada, es un opening más potente.
Ok, para los amantes del «glorioso latino» también les dejo la versión de César Franco:
Respecto al ending, My Tomorrow, el primero de los dos que tuvo Tamers, también lo dejo en latino.
Pero probablemente el mejor tema es el de la Matrix Evolution (la evolución a etapa ultra en la versión americana), EVO de Wild Child Bound. Y quienes la hayan visto la recordarán también por la parte en la que uno de los digimon más geniales de toda la franquicia entra en su «modo explosivo».
Y antes de terminar, te dejo un dato curioso:
Si creías que Digimon Tamers terminaba con el anime, te equivocaste. En el 2003 se lanzó un primer audio drama, escrito por Konaka y llamado Original Story Message in the Packet, que narra algunos hechos ocurridos aproximadamente un año después del fin de la serie animada. Y si esto no fuese poco, este año se lanzó un segundo audio drama llamado 2018: Days – Information and the Unordinary, que por su contenido (una nueva amenaza)deja la puerta abierta para una futura continuación de Tamers.