Un trabajo a largo plazo señala que estar expuesto a videojuegos violento no necesariamente te hacen una persona más violenta
Una de las conversaciones más agotadores relacionadas a los videojuegos es la discusión respecto a sus efectos y su vínculo con la violencia. Estudios que han mostrado vínculos, estudios que no han mostrado vínculos algunos, políticos que han buscado sacar provecho del desconocimiento y mucho más. Es una lucha constante porque los videojuegos, como un medio que todavía está en proceso de establecerse, siempre generan controversia para un público mayor. Además, tienen que sumarle el hecho de que el consumo de medios violentos a una edad muy joven puede tener un nivel de consecuencias.
Ahora, un estudio muy extenso ha informado sobre los efectos longitudinales de los videojuegos en los adolescentes. Las investigadoras Sarah Coyne y Laura Stockdale han publicado en la revista Cyberpsychology, Behavior and Social Networking un artículo científico llamado Growing Up with Grand Theft Auto: A 10-Year Study of Longitudinal Growth of Violent Game Play in Adolescentes. En este, las científicas buscaron seguir a varios adolescentes durante un periodo de diez años para medir los efectos de jugar videojuegos con altos, moderados y bajos niveles de violencia.
Hay algunos puntos interesantes como resultado de esta investigación. Por ejemplo, los grupos más violentos solían estar compuestos por hombre y el grupo más violento mostró señales más altas de depresión en el inicio de la investigación. Sin embargo, el dato más llamativo es que la conducta social de estos individuos no mostró diferencias entre los diferentes grupos. Ninguno de los tres grupos mostró particular agresividad al final del proceso.
No consideren esto como un estudio definitivo, ya que es quizás el primero hecho a largo plazo. Sin embargo, es un dato importante a tomar en cuenta para futuras conversaciones con tus padres.